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43.- Guerreros de antaño (Once Were Warriors, 1994), de Lee Tamahori
Los miembros de la familia Heke viven en un barrio humilde de Auckland, la capital de Nueva Zelanda. El padre, Jake, es un hombre alcohólico y violento que suele pegar a su mujer, mientras que sus hijos varones tampoco parecen ir por buen camino: el mayor se une a una banda callejera y el pequeño es perseguido por la policía. El contrapunto de sensatez lo aporta Grace, la hija mayor del matrimonio, que intenta evadirse de la desesperación que le rodea a través de la escritura. Viéndolos en una situación tan deplorable, nadie diría que los Heke son descendientes directos de un antiguo clan de guerreros maoríes. Esta producción neozelandesa de 1994 ofrece un duro retrato de la vida cotidiana de una familia maorí de clase trabajadora, adaptando la novela del mismo título de Alan Duff. La película, premiada en los festivales de Venecia y Montreal, supuso el debut en la gran pantalla del realizador Lee Tamahori, que más tarde firmaría obras como “Mulholland Falls” o “El desafío”. En el reparto encontramos los nombres de Temuera Morrison y Julian Arahanga. En 1999 se estrenaría una segunda parte del filme, What Becomes of the Broken Hearted?.
44.- Drunks (1995), de Peter Cohn
Jim, un hombre con problemas de alcoholismo, acude durante siete meses a la reunión de Alcohólicos Anónimos que tiene lugar en el sótano de una Iglesia de Nueva York. Una noche, se siente especialmente abatido y cuando le animan a hablar empieza a contar cómo empezó a beber a causa de la repentina muerte de su esposa. Los otros miembros del grupo explican sus propias experiencias con el alcohol: Rachel, una psicóloga que intenta llenar el vacío de su vida sin su marido y su hijo; Joseph, un padre destrozado al causar la muerte de su hijo de cinco años conduciendo borracho; Debbie, una joven que desearía ser Janis Joplin; Shelly, cuya fuerza de voluntad será puesta a prueba por la visita de su madre; Becky, una divorciada que no está segura de conseguir la custodia de su hijo; Brenda, una portadora del virus del Sida drogadicta y Louis, que intenta entrar en el coro de la iglesia. Drama basado en la obra de teatro Blackout, de Gary Lennon, interpretado más que competentemente por un atractivo reparto encabezado por Faye Dunaway, Dianne Wiest, Calista Flockhart, Amanda Plummer, Lisa Gay Hamilton, Parker Posey y Richard Lewis, un actor cómico que muestra aquí otra faceta.
45.- Leaving Las Vegas (1995), de Mike Figgis
Ben Sanderson es un hombre normal que cae en una espiral autodestructiva tras divorciarse y perder su puesto de trabajo. Por ello decide ir a la ciudad de Las Vegas con la firme decisión de beber hasta la muerte. Allí traba amistad con Sera una prostituta a la que no le importa cambiar su dignidad por dinero y que tiene una violenta relación con un proxeneta ucraniano. Juntos comienzan una complicada relación donde el amor, el alcohol y la dependencia mutua marcan el hilo de una historia de dos personas que no tienen nada que perder. A pesar del amor que le muestra Sera, Ben no cejará en su intento de matarse bebiendo. Leaving Las Vegas está basada en la novela autobiográfica de John O'Brien, un escritor que se suicidó pocos meses antes del estreno de la película. Mike Figgis, guionista y director, ilustra la tragedia del novelista con una vigorosa puesta en escena sin dejar de mostrar el carácter autodestructivo, su adicción al alcohol y el nihilismo que le lleva a matarse literalmente. La película recuerda a Días de vino y rosas, ya que es principalmente un duro drama sobre el alcoholismo, en el que un hombre convulsionado en la dependencia de la bebida intenta parecer coherente cuando lo único que desea es terminar cuando antes, ya que su viaje está más cerca del infierno que de la vida. Es, por ello, tan dura como descorazonadora. Cuando uno ve por primera vez la película, sólo le viene una pregunta a la cabeza: ¿por qué esta persona ha decidido ahogarse en el alcohol como forma de acabar con su vida? Muy probablemente lo que nos muestra el director es sólo el desenlace de su drama. Lo que intuimos es tal vez más interesante: la soledad, la incomprensión, la imposibilidad de comunicar a nadie sus sentimientos. Al final sí encuentra esa persona en la figura de la prostituta, pero ya es tarde, ya no hay posibilidad para él. Extraordinariamente interpretada, la película muestra escenas que llegan a estremecernos y que demuestran el grado de deterioro al que puede llegar un ser humano por culpa del alcohol. Deterioro que va de lo moral (esa desesperanza hacia todo y todos) a lo físico (ver cómo el cuerpo de Ben se va apagando resulta estremecedor). Película completísima, cruda y que nos permitirá llevar a cabo un trabajo educativo de primera magnitud.
46.- Trees Lounge (Una última copa) (Trees Lounge, 1996), de Steve Buscemi
Tommy Basilio es un fracasado a quien acaba de dejar su novia, ha sido abandonado por su mejor amigo y jefe, y ha perdido su trabajo como mecánico. Tommy se dedica temporalmente a repartir helados con la vieja furgoneta de su difunto tío y, mientras lo hace, se enamora de su joven ayudante. Pero sólo encontrará el consuelo que necesita dándose a la bebida. Steve Buscemi, uno de los actores más reconocidos del cine independiente norteamericano (Reservoir Dogs, Fargo), debutó en la dirección de largometrajes con este drama, del que es además guionista y protagonista. Buscemi parte de lo que parece un típico cliché de película de televisión para construir un guión dramático, no exento de cierto humor desgarrado, en el que el amplio abanico de personajes que habitan el extraño mundo del alcohólico protagonista juega un papel fundamental. Anthony LaPaglia, Annette Arnold, Samuel L. Jackson o Mimi Rogers son algunos de los nombres ilustres que forman parte del reparto.
47.- Solas (1999) de Benito Zambrano
Una madre y una hija se ven obligadas a convivir después de mucho tiempo separadas. La relación es difícil pero la soledad en la que ambas se encuentran las irá acercando. A pesar de que la ópera prima de Benito Zambrano contó con un presupuesto muy reducido y se estrenó en pocas salas, el boca a boca logró que este drama social se mantuviera más tiempo del habitual en cartel y acabase atrayendo a un elevadísimo número de espectadores. La película, además, fue una de las grandes triunfadoras de la edición de los Goya del 1999, obteniendo cinco galardones de los once a los que optaba: los de mejor actor (Carlos Álvarez-Novoa), actriz revelación (Ana Fernández), actriz secundaria (María Galiana) y director novel y guion original (ambos para Zambrano). Cabe destacar que el filme tuvo una versión teatral seis años después protagonizada por Lola Herrera y Natalia Dicenta que también arrasó en los premios Max, los Goya de las tablas, cosechando cinco nominaciones y el galardón a la mejor actriz para Herrera; lo que confirma la solidez de la historia escrita por el cineasta sevillano.
48.- 28 días (28 Days, 2000), de Betty Thomas
Como consecuencia de su adicción al alcohol, la periodista Gwen Cummings tiene un accidente con la limusina que le ha robado a su hermana el día de su boda. Este hecho le acarrea una sentencia judicial que la obliga a ingresar en una clínica de rehabilitación para alcohólicos en la que tendrá que permanecer durante 28 días, todo un mes. Allí conocerá a mucha gente, especialmente a su compañera de cuarto, y a un jugador de béisbol profesional llamado Eddie. Aunque al principio será difícil, poco a poco se irá recuperando. 28 días es el relato de la lucha de una escritora alcohólica por limpiar su vida y regresar a la sobriedad de una vez por todas. Lo más curioso de la película es que el guión es una mezcla de comedia y drama, lo cual le da a la cinta un tono irregular pero, a la vez, la hace muy asequible para ser trabajada educativamente con alumnos de Educación Secundaria. Aclaremos que el aspecto dramático no está nada mal trazado, ya que en el guión se señalan ciertos puntos interesantes sobre la naturaleza de las adicciones y las variadas razones que las producen. Sobre este tema se profundiza y se hace una interesante reflexión sobre la vida fácil y cómoda de determinados sectores de nuestra población, así como sobre lo fácil que es acceder al alcohol en situaciones cotidianas. Dejando de lado esa vertiente más dramática, la película juega con el humor más fácil para hacer próximos a los personajes. Esa circunstancia, que la prensa especializada se encargó de criticar con saña en su momento, nos parece que es una circunstancia que facilita la empatía con los personajes. Evidentemente ello repercute en la profundidad de los personajes y en un guión que, en muchos pasajes, resulta tan previsible como poco creíble. Ésta es una película comercial pensada para el gran público. Pero tenemos que agradecer que dentro de esta idea de un cine apto para todos los públicos, se opte por tratar una temática social con un lenguaje llano y facilitando la identificación. Con todas sus limitaciones, que las tiene, ésta resulta una película interesante para hablar sobre el problema del alcoholismo.
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