Crimen perfecto (Dial M for Murder, 1954), de Alfred Hitchcock
Tony Wendice (Ray Milland), un frío y calculador tenista retirado, planea asesinar a su bella y rica esposa (Grace Kelly) porque sospecha que le es infiel, pero sobre todo porque desea heredar su gran fortuna. Para llevar a cabo su plan, chantajea a un antiguo compañero de universidad y lo convence para que, en su ausencia, entre en la casa y mate a su mujer. Una de las películas más famosas de Alfred Hitchcock, basada en una obra de teatro de Frederick Knott. En esta ocasión, el mago del suspense utilizó una estructura de un espacio casi único, de manera parecida a la usada en La soga o en Náufragos. En Crimen perfecto aparecen, además, muchos de los temas recurrentes de Hitchcock. Uno de ellos (quizás el más importante) es el del falso culpable, que el director plantea en la mayor parte de su filmografía, como Los 39 escalones, Yo confieso, Extraños en un tren o Con la muerte en los talones. También fue la primera película en la que Hitchcock contó con Grace Kelly, la rubia más famosa de su filmografía. Tras esta película, el cineasta volvería a utilizarla en La ventana indiscreta y Atrapa a un ladrón.
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