Los siete samuráis (Shichinin no Samurai, 1954), de Akira Kurosawa
En el Japón medieval, un pequeño pueblo de agricultores se ve constantemente atacado por una banda de bandidos. Un día, tras el enésimo ataque, los aldeanos piden consejo al más anciano del lugar, que les dice que contraten a samurais que hayan caído en desgracia para que los defiendan. Una delegación de ellos contacta con un samurai que ha perdido a su señor y que acepta reclutar a varios hombres más para el trabajo. Conseguirá la ayuda de cinco contrastados guerreros y otro, un joven, que parece serlo mucho menos, aunque asegura lo contrario. Juntos plantarán cara a los bandidos. Unánimemente considerada como una de las obras maestras de la historia del cine, Los siete samurais ha inspirado innumerables películas (algunos, fabulosos, como Los siete magníficos), pero no ha sido nunca superada en términos de capacidad para generar emociones, energía visual y desarrollo de los personajes. Una advertencia: la versión original de la cinta dura 203 minutos, pero aprovechen hasta el último de ellos. Obtuvo el León de Plata en la Mostra de Venecia y dos candidaturas al Óscar. Los siete samuráis es considerada como una de las películas más grandes e influyentes de la historia,4 y es una de las pocas películas japonesas que ganó fama y popularidad en el Occidente durante muchos años. Ha sido aclamada tanto por la crítica como por el público; en 1982 fue elegida en la lista de Sight & Sound de las diez películas más grandes de todos los tiempos, y entre las diez películas preferidas de los directores en las votaciones de 1992 y el 2002.
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