Plan 9 del espacio exterior (Plan 9 from Outer Space, 1959), de Ed Wood
Una joven pareja que se va a vivir cerca de un cementerio será testigo de extraños sucesos. El motivo es que una raza alienígena pretende invadir la tierra y, con tal propósito, está resucitando a los muertos para formar con ellos un ejército. La policía se encargará de investigar lo que está ocurriendo. Perfecto ejemplo de cómo es la visión del espectador la que trasforma el cine de culto, cambiando la consideración que se puede tener de una película, a veces de forma radical. El cine de Ed Wood Jr. en general, y Plan 9 del espacio exterior en particular (a medias con Glen or Glenda, quizás su película más inclasificable) permaneció absolutamente ignoto durante la vida del director, que murió en la miseria, escribiendo pornografía y dirigiendo divertidas cochambres como Orgy of the Dead. Pero en 1980, el fundacional libro The Golden Turkey Awards, de Harry y Michael Medved, la convirtió en un anticlásico al definirla como la peor película jamás rodada. Desde ahí, las sesiones de medianoche, los festivales y los circuitos domésticos celebraron sus errores de raccord, su pobreza expresiva, lo inclasificable de sus intérpretes (de un Bela Lugosi que murió antes de terminar el rodaje a Vampira, pasando por el vidente Criswell o el luchador Tor Johnson Jr.) y su inaudita desvergüenza, que casi inventa una gramática fílmica propia. El biopic mainstream de Ed Wood a manos de Tim Burton en 1994, ganador de dos Oscar, terminó de rubricar su disparatado ascenso desde los infiernos de la ignonimia al paraíso de las películas de culto y el cine socialmente bien visto.
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