Si la temporada navideña es propicia para vigilias y discusiones interminables en la mesa, es bueno descansar entre Navidad y Año Nuevo. Para recuperar el aliento y digerir bien, aquí hay una selección de películas entretenidas.
En estos tiempos sombríos, cuando el cielo y el futuro permanecen grises, no hay nada como un musical a la antigua para recordar una época en la que era bueno amar, reír y cantar. Aquí hay tres que podemos considerar esenciales, acompañados de tres ovnis internacionales...
Cantando bajo la lluvia (Singin' in the Rain, 1952), de Stanley Donen y Gene Kelly
Nunca nos cansamos. Es, con mucho, el mejor musical de la historia del cine. No se limita al momento, famoso, en el que Gene Kelly canta mientras chapotea en los charcos, como un niño. Todo es espléndido en Cantando bajo la lluvia. Profesión de fe de Donald O'Connor: "Hazlos reír". Los arrebatos de rabia de un director acostumbrado al cine mudo, enfrentado de repente a la dictadura del sonido. Sin mencionar la aparición de Cyd Charisse con su ajustado vestido verde, con el estilo de Louise Brooks de Loulou... Ritmo impecable, chistes sabrosos y dominio absoluto de Stanley Donen en el arte de filmar ballets, algo que pocos directores sabían hacer, incluso en ese momento...Melodías de Broadway 1955 (The Band Wagon, 1953), de Vincente Minnelli
Como todas las películas de Vincente Minnelli, dos mundos se oponen y es de su unión que puede nacer la armonía. En un parque, de noche, Gabrielle Gerard (Cyd Charisse) y Tony Hunter (Fred Astaire) caminan indiferentes, desconocidos entre sí. Viene del ballet clásico. Jura por Broadway. Pero ahora sus pasos responden, coinciden, se complementan. Todo lo que los separaba se ha ido. Se hacen uno y bailan... Es la escena más hermosa de la película y, al mismo tiempo, su filosofía, hoy en día cuestionada, ay: a saber, que el arte es indispensable para nosotros. Y que sin cultura no somos nada...
Lea Girls (1957), de George Cukor
El final de un ciclo. Pronto, el triunfo de West Side Story (1961) transformará los tradicionales "musicales" en grandes productosy muy caros que, tras unos rotundos fracasos (Camelot, de Joshua Logan, en 1967, La estrella (Star!), de Robert Wise, con Julie Andrews, en 1968), morirán de una bella muerte. Les Girls une magistralmente la belleza con la melancolía. El escenario retoma, mientras lo adorna de fantasía, la idea de Rashômon (1950), de Kurosawa: cada personaje cuenta su versión de la misma historia de la que se escapa la verdad ... Entre dos momentos eufóricos, en un desenfreno de colores ocres y malvas, Cukor filma, como inadvertidamente, la consternación de sus tres heroínas frente al reflejo que les devuelve el espejo. Si la fantasía gana, es gracias a Key Kendall, deslumbrante en todas partes, especialmente en sus escenas de borrachera...
No hay comentarios:
Publicar un comentario