Vivir su vida (Vivre sa vie: Film en douze tableaux, 1962), de Jean-Luc Godard
Nana (Anna Karina) es una joven veinteañera de provincias que abandona a su marido y a su hijo para intentar iniciar una carrera como actriz en París. Sin dinero, para financiar su nueva vida comienza a trabajar en una tienda de discos en la que no gana mucho dinero. Al no poder pagar el alquiler, su casera la echa de casa, motivo por el que Nana decide ejercer la prostitución. Premio Especial del Jurado y Premio de la crítica Pasinetti en el Festival de Cine de Venecia. Con la interpretación como tema y la vida como referencia, Jean-Luc Godard y su mujer en aquel entonces, Anna Karina, se embarcan en una cascada de sentimientos para construir este drama premeditadamente documental que hace un retrato de doce viñetas de una prostituta parisiense enamorada del cine. Lejos de frivolizar ni rodear de glamur la profesión, Godard hace un análisis de esta desde una vertiente sociológica y, para escribir el guión, el reconocido director se basó en un estudio reputado de Marcel Sacotte sobre la prostitución contemporánea. El resultado fue esta cinta poética, cuya belleza se debe también al director de fotografía Raoul Coutard, un artesano que ya había colaborado con Godard numerosas veces, como por ejemplo en Una mujer es una mujer, La chinnoise o Lemmy contra Alphaville, entre otras.
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