Superviviente, comandante, suicida, clonada… Sigourney Weaver, una actriz con una potencia de fuego inigualable, se endosa todos los disfraces de la saga “Alien”.
En la última temporada de la serie francesa Call My Agent! (Dix pour cent), interpreta su propio papel, como todas las estrellas invitadas: Sigourney Weaver, de 70 años, es esperada en París para rodar una una película francesa, dirigida por Guillaume Gallienne. Una historia romántica entre personas mayores. Pero se producirá un malentendido, cuando llegue allí: pensando en trabajar con Gaspard Ulliel, en el papel de su amante, descubre que su pareja es finalmente un actor octogenario (Bernard Verley, visto recientemente como el sacerdote Bernard Preynat, acusado de pedofilia, en Grâce á Dieu (2018), de François Ozon). Terriblemente decepcionada y molesta, quiere regresar a los Estados Unidos pero Andréa Martel (Camille Cottin) la convence in extremis de quedarse...
Pero es una mujer atlética, con una energía casi sobrehumana, la que llega. Hace que le instalen algunas máquinas de musculación en la habitación del hotel y desafía al viejo amante ficticio destinado a ella. Por fantástica que sea esta visión de la mujer estadounidense por parte de los guionistas franceses, resume bien ciertos rasgos comúnmente atribuidos a Sigourney Weaver. Pionera del cine de acción realizado por una mujer, forjó su ADN de actriz a lo largo de las primeras cuatro partes de Alien, entre 1979 y 1997. Incluso hoy, parece inevitable tener en cuenta su origen y su originalidad, a través del prisma de la saga de ciencia ficción creada por Ridley Scott.
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