Persona (1966), de Ingmar Bergman
Elisabeth (Liv Ullmann), una célebre actriz de teatro, es hospitalizada tras perder la voz durante una representación de "Electra". Después de ser sometida a una serie de pruebas, el diagnóstico es bueno. Sin embargo, como sigue sin hablar, debe permanecer en la clínica. Alma (Bibi Andersson), la enfermera encargada de cuidarla, intenta romper su mutismo hablándole sin parar. Una de las películas favoritas de su director. Postmoderna con dosis de surrealismo y onirismo, se trata de un drama experimental que utiliza una ambigua relación enfermera-paciente en contraste y complemento para tratar temas sobre comunicación, psicoanálisis, trauma e identidad. Abundan los primeros planos en una imaginería compleja que fusiona las personalidades de sus dos protagonistas con originalidad, poética e intensidad. Persona ha sido objeto de considerables análisis, interpretaciones y debates. La película, que aborda temas como la dualidad, la locura y la identidad personal, ha sido interpretada como una representación de la teoría junguiana de la persona y explora el cine, el lesbianismo, la maternidad, o el aborto, entre otros. El estilo experimental de su prólogo y su narración también han sido objeto de discusión. La enigmática película ha sido llamada el Monte Everest del análisis cinematográfico; según el historiador de Peter Cowie, "Todo lo que uno dice sobre Persona puede ser contradicho; lo contrario también será cierto. Película esencial de su autor. Recibió los premios a mejor película y mejor actriz (Bibi Anderson) en los Premios Guldbagge (Suecia) y una nominación a la mejor actriz extranjera (Bibi Anderson).
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