Nos sorprendió en 1996 cuando Baz Luhrmann nos presentó su visión de “Romeo y Julieta”. Veinticinco años después, surgen viejas preguntas... Intentemos dar respuesta a cinco de ellas.
¿Recuerda los mandalas? ¿Esos bonitos dibujos cuyo objetivo es colorear el interior sin ir más allá? Bueno, cuando Baz Luhrmann adapta a Shakespeare, es como si sacara todos sus lápices de colores y los pusiera por todas partes. Un mandala punk, Baz Luhrmann: conserva el texto original pero transpone Romeo y Julieta al mundo moderno y filma su amor como un anuncio, un clip de R'n'B, un western y un poco como un romance por aquí y por allí. Lo que da, en medio de programas de televisión, descapotables, disparos y cabello peinado hacia atrás, una Julieta que dice: "Este capullo de amor, bajo el aliento del verano, florecerá cuando nos volvamos a encontrar". "Algunos gritaron genio, otros impostura". En todo caso es una película de culto para muchos adolescentes de la época que se enamoraron de Claire Danes y Leo DiCaprio. Una película plagada de misterios cuyos secretos intentaremos, muchos veranos después, desvelar.
Verona, ¿está realmente junto al mar?
No. Bueno, sí: no estamos en Italia sino en Verona Beach, California. Sea como fuere, Shakespeare nunca había puesto un pie en Verona al escribir su obra, muy feliz de poder fantasear con el romanticismo italiano. Con Baz Luhrmann no fantaseamos con nada, este mundo es distópico, apocalíptico, por no decir posapocalíptico, las cosas van mal, en cualquier caso. Este mundo está cerrado, rodeado por el mar por un lado y el caos por el otro, que además se extiende por todas partes. “Fuera de los muros de Verona, el mundo no existe”, escribe Shakespeare, quien, según algunos investigadores, tampoco existió. Pero esa es otra historia...
Pero, ¿por qué demonios Romeo está mojado todo el tiempo?
Están todas las veces que llora, todas las veces que se cae a la piscina, donde suda de agitación, también unas gotas de lluvia, en fin, Romeo nunca está seco. Agreguemos este detalle: la primera vez que su mirada se encuentra con la de Juliette, es a través de un acuario. Veamos… Él "da el paso", por supuesto. Podemos decir que "se moja", es cierto. Sigue renaciendo, por qué no. Vayamos incluso a considerar que está en busca de un verdadero bautismo.
¿Por qué demonios a Harold Perrineau le robó el protagonismo a Leonardo DiCaprio?
Harold Perrineau es el actor cuyo rostro conocemos pero no el nombre, conoces al narrador de Oz, uno de los náufragos de Lost, este eterno papel secundario, desde The Matrix hasta Zero Dark Thirty. Y Mercucio en este caso, el que le permite a Romeo teclear el incrustado en la gran fiesta de los Capuletos, que le desliza la pastillita de éxtasis que va bien (probablemente en el origen del amor a primera vista, pero no extrapolemos), que ameniza todo esto con un baile vertiginoso (de tal nivel que hace conmovedores los esfuerzos realizados en Moulin Rouge, la próxima película de Baz Luhrmann), y quien es asesinado por la primo de Julieta, arrojando a Romeo a una locura asesina. Sin él: una película insulsa. Pero fue este oportunista de DiCaprio quien ganó el oso de plata al mejor actor en Berlín.
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