Ayer y hoy, noveles o experimentadas, hemos visto a estas actrices activistas o encarnando papeles fuertes en las películas, series o documentales que se emiten en esta semana con motivo del Día de los Derechos de la Mujer.
¡Este año, el Día de los Derechos de la Mujer será cinéfilo! En retransmisiones televisivas aleatorias, películas en serie o documentales, nos perderemos en una búsqueda del tesoro que une a actrices de distintas épocas, continentes y géneros. Actirices que son activistas o que han interpretado, durante el tiempo de un papel, mujeres que lucharon contra ideas demasiado bien establecidas y que luego se fusionaron con su personaje... Estrellas voluntarias, debutantes ya ferozmente involucradas, musas, amazonas imprescindibles, o filibusteras, revientan la pantalla. Y como un día no es suficiente, estaremos rastreando a estas heroínas toda la semana.
Catherine Deneuve
Ella es más que una actriz. Catherine Deneuve es el cine, en todas sus formas, desde la suntuosa melancolía de Jacques Demy -(Los paraguas de Cherburgo (Les Parapluies de Cherbourg, 1964), Las señoritas de Rochefort (Les Demoiselles de Rochefort, 1967)- hasta la feroz perversidad de Luis Buñuel, Bella de día (Belle de Jour, 1967) y Tristana (1970). Catherine Deneuve son todas mujeres, todas las fuerzas, al acecho detrás de una belleza ideal, una rubia engañosamente fría. Era una chica más salvaje que su personaje de Mi hombre es un salvaje (Le Sauvage, 175), de Jean-Paul Rappeneau, lo que la convirtió en una extravagante heroína de la comedia. Es una aventurera, dispuesta a todos los riesgos, a todas las metamorfosis, para las películas de André Téchiné, François Ozon o Arnaud Desplechin, pero también para tantos jóvenes cineastas: hasta hoy, sigue siendo, todavía y aún, el más vivo de los mitos.
Catherine Deneuve en Mi hombre es un salvaje (1975) de Jean-Paul Rappeneau
(cont.)
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