El fracaso comercial de la película dirigida por David Prior fue el resultado de uno de los peores escenarios en el destino de una obra cinematográfica. Entre disparos peligrosos, los caprichos de la producción y los escombros promocionales, nada se ha escapado en este fantástico thriller. Que empezó con buenas intenciones.
"La primera noche que escuchas al Empty Man. La segunda noche, lo ves. La tercera noche, viene a buscarte. Este es el tipo de canción infantil que se ha convertido en un ingrediente de los slashers, esas películas donde los "hombres del saco" merodean para matar a los adolescentes que han sido imprudentes al invocarlos. Pero la película The Empty Man, que acaba de aterrizar en Disney +, pagó el precio de una leyenda mucho menos urbana... |
Desde que se ha estrenado en las plataformas televisivas estadounidense, su fama de obra maestra no cesa de crecer |
Su director, David Prior, de 52 años, estaba bien versado en las maldiciones en cadena que pueden afectar a las obras no elegibles: se ha dado a conocer al serrallo de Hollywood como un caballero de causas perdidas. Un joven empleado en el departamento técnico de 20th Century Fox, no comprende la estrategia del estudio que llevó al rotundo fracaso de Ravenous -un notable western caníbal firmado por Antonia Bird- y se ofrece a rehabilitarlo ocupándose de los bonus de su DVD. Prior lo vuelve a hacer con la emocionante realización de fracasos colosales en los cines, desde Master and Commander: Al otro lado del mundo (Master and Commander: The Far Side of the World, 2003) de Peter Weir hasta El club de la lucha (Fight Club, 1999) de David Fincher, que lo convertirá en su protegido. Su tarjeta de presentación definitiva se llama AM1200 (2008), un primer cortometraje que tensa una atmósfera semi-fantástica alrededor de un criminal abandonado en las oficinas desiertas de una estación de radio.
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