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Segunda colaboración del realizador Joseph Losey con el actor Alain Delon. Nominado a la Palma de Oro (Cannes), gana tres César (dirección, película y decorados) y producido por Alain Delon. París, 1942. A pesar de la ocupación de Francia por los nazis, Robert Klein (Alain Delon), un hombre pragmático y desprovisto de ideales, lleva una existencia feliz y despreocupada: tiene un hermoso apartamento, una amante y un negocio floreciente. Los problemas surgen cuando la policía lo busca, sospechando que es judío. Robert acaba averiguando que existe otro señor Klein, de origen judío, con quien podría ser confundido.
La película suma crimen, drama, misterio y guerra. El relato desarrolla una historia que enfrenta a un personaje pragmático, desprovisto de ideales, que goza de buena posición y muchas relaciones sociales, con otro, de origen judío, que tiene su mismo nombre, su mismo apellido, una edad similar, una apariencia que muchos confunden con la suya y una gran capacidad de confundir y engañar. Se establece un juego parecido al del ratón y el gato, que a medida que avanza descubre una maraña espesa de misterio e intriga crecientes, que alcanza formas y dimensiones casi fantásticas. Dibuja con acierto y eficacia la frialdad del protagonista. Reproduce con vigor la atmósfera de autoritarismo, impunidad, control policial, desconfianza y temor que vive la población. Explica sin disimulos el fenómeno del colaboracionismo francés. Muestra la progresión que experimenta la persecución de los judíos y el comienzo de las deportaciones a los campos de exterminio nazis. Explica los hechos históricos que rodearon las detenciones masivas de judíos y su internamiento temporal en el Velódromo de Invierno durante la noche del 16 al 17 de julio de 1942 (“Rafle du Vel’d’hiv”). Algunos dicen que la obra es una pesadilla filmada.
La película guarda relación con obras de Kafka (Las metamorfosis, El castillo y El proceso), que los guionistas tienen en cuenta a la hora de construir la evolución personal del protagonista. Desarrolla una intriga que algunos califican de hitchcockiana por su intensidad y fuerza. Se sirve del distanciamiento respecto de los personajes, a la manera de Bertold Brecht, para subrayar la frialdad del conjunto. El hieratismo del protagonista refuerza, en mayor o menor medida, con mayor o menor acierto, la frialdad de su personalidad y su gélida indiferencia ante el dolor ajeno.
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