Roxanna (1970), de Nick Millard
La naturaleza omnisexual de Roxanna, de 19 años, la está arrastrando a un mundo de hedonismo y sensual auto-indulgencia, sólo para darse cuenta de que su cordura está en juego. Roxanna es una película que roza la delgada línea que separa el erotismo de la pornografía. La protagonista es una joven adicta al sexo que después de todo es infeliz, sufre de soledad y hasta de paranoia. Más de una vez intentó suicidarse. A ella le encanta el sexo bizarro, cree que lo normal es muy banal, prefiriendo las relaciones sexuales con lesbianas, aunque también con hombres extraños y travestis. A falta de diálogos entre los personajes, se utiliza la voz en off para narrar de principio a fin lo que el espectador presencia, haciéndonos partícipes de manera tácita en sus aventuras y desventuras existenciales. Las escenas son acompañadas con música de fondo que a veces son canciones de porno antiguo y en las escenas de delirio se escucha melodías de ultratumba, jodidamente aterradoras. Por otro lado, los personajes así como el director no fueron acreditados en la película. Louise Thompson es la protagonista de tremenda e indescriptible obra. Imposible olvidar una frase de la voz en off que resume todo lo visto: “Nothing last, only misery and unhappiness” (“Nada dura, solo la miseria y la infelicidad”).
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