Producir ficciones sin preocuparse por las modas, por la simple idea de servir al arte, es más que una profesión. ¡Está haciendo posibles pequeños milagros! La Cinemateca le dedica una retrospectiva hasta el 19 de julio.
Nadie más que él podría reunir tal colección de películas, un festín para los cinéfilos. Están Manoel de Oliveira, Raoul Ruiz, David Cronenberg, Werner Schroeter, Alain Tanner, Wim Wenders, Cédric Kahn, Andrzej Zulawski, Chantal Akerman… Paulo Branco fue su productor y de muchos otros. Con orgullo, anuncia las cifras: trescientas películas en cuarenta años. Y el contador sigue funcionando. Necesariamente selectiva, la retrospectiva organizada para homenajear su carrera dibuja el retrato vivo de este portugués parisino-parisino, que siempre ha sido una filmoteca por sí solo.
Dentro y fuera del sistema
Ser el mejor amigo de los mejores directores es luchar. Contra las modas y automatismos que dirigen los flujos financieros del cine hacia producciones estandarizadas, sin riesgo. Paulo Branco es un hombre de batalla. “Lo que me interesa ”, dice, “es ser productor de películas que no podrían existir sin mí, y luego dar la mayor visibilidad a quienes las hacen". Una ambición perfectamente satisfecha por Manoel de Oliveira y João César Monteiro, dos genios ajenos a los que ha logrado hacer dos monumentos en el mapa de la cinefilia mundial. Sin él y sin su voluntad de abrir caminos donde otros no ven la oportunidad, ni Michel Piccoli (Alors voilà, 1997) ni Fanny Ardant quizás se hubieran convertido en directoras.
Paulo Branco (a la derecha), con su compatriota el director Raoul Ruiz, durante el rodaje de Mistérios de Lisboa (2010) |
Habiendo obtenido la segunda mejor nota del equivalente al bachillerato en Portugal, inició estudios en Ingeniería Química, la cual abandonariá dos meses antes de concluirlos, teniendo asegurado ya por tanto conseguir el título y habiendo sido ya contactado por varias empresas.1 Intentó emigrar clandestinamente a Londres para huir de la dictadura y del servicio militar, lo cual le supuso ser enviado a las colonias, donde sobreviviría a base de pequeños trabajos y de carreras ecuestres. Dos años más tarde se mudó a París sin regularizar su situación, ciudad en la que desde entonces ha residido además de en Lisboa y donde, bajo la influencia de Frederic Mitterrand, comenzó a trabajar en el cine en 1974. Ha producido más de trescientas películas de Raoul Ruiz, Manoel de Oliveira, Alain Tanner, Michel Piccoli, Danièle Dubroux, Chantal Akerman, Alberto Morais, Olivier Assayas, Paul Auster y Wim Wenders, entre otros. Ha creado y dirigido las sociedades de producción Gémini Films, Alma Films en Francia y Madragoa Filmes y Clap Filmes en Portugal, además de sociedades de explotación de salas y distribución. Actualmente se encuentra bajo la producción de Cosmopolis, basada en la novela de Don DeLillo y dirigida por David Cronenberg. Varios lo han descrito como "el proyecto más ambicioso de su carrera hasta la fecha".
Hace de actor en algunas de sus películas. Ha sido merecedor de numerosos premios, como el premio al mejor productor europeo por el Parlamento Europeo, el premio Raimondo-Rezzonico del Festival Internacional de cine de Locarno al mejor productor mundial.
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