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33.- Más allá de la vida (Hereafter, 2010)
Tres historias de ultratumba que terminan por cruzarse, una de ellas una meditación sobre la muerte que no siempre evita la reflexión pseudo-mística. Comienza como una película de desastres al estilo de Roland Emmerich (el tsunami en el sudeste asiático con… ¡Cécile de France!). Mejora después, en particular gracias a Matt Damon, pero también parece, a veces, a un mal Lelouch...
32.- El sargento de hierro (Heartbreak Ridge, 1986)
Objeto divertido, belicista y patriótico arriba, frágil y burlón. Al interpretar el papel de un sargento de instrucción gritón, sádico y grosero, Clint nos tranquiliza: todo esto es en segundo grado. La preocupación es que cuando la película se estrenó en medio de la era Reagan, muchos espectadores se lo creyeron...
31.- Poder absoluto (Absolute Power, 1997)
A través de un espejo unidireccional, Luther, en medio de un atraco, es testigo impotente de un asesinato que involucra al presidente de los Estados Unidos. La escena en cuestión es formidable, el thriller al modo Hitchcock. Eastwood defiende ideas más o menos republicanas en la política y clásicos en el lado de la puesta en escena.
30.- El intercambio (Changeling, 2008)
Los Ángeles, 1928. La policía persuade a una madre cuyo niño ha desaparecido para que reconozca a un niño que no es suyo... Compuesto, si no tambaleante (Eastwood pierde por completo la escena clave de su relato), la película sigue siendo interesante por su grises áreas y por su inesperada intérprete, Angelina Jolie, quien expresa una vulnerabilidad cada vez más conmovedora.
29.- Ejecución inminente (True Crime, 1999)
Un preso condenado a muerte, un periodista agotado que se centró en el bourbon para salvarlo. No es una intriga original, suspense indiferente y una carrera final contrarreloj sin originalidad. ¿Qué interés, pues, encontrar en este pequeño thriller? Exactamente, Eastwood se toma su tiempo con elegancia.
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