Actor de carácter, autodidacta, patriarca, cacique generoso, hizo tres películas… y qué películas: Le passe-montagne (1978), Double monsieurs (1986) y Mischka (2001). Jean-François Stévenin, personaje entrañable y singular, falleció el 27 de julio de 2021, a los 77 años tras una larga enfermedad, era ante todo una carácter: una improbable mezcla de Jack Nicholson y el payaso Bozo, que lo había convertido en uno de los actores secundarios más populares del cine francés, en las películas tanto de autores más vanguardistas como en éxitos de taquilla como Historia de una revolución (La Révolution française, 1989), de Robert Enrico y Richard T. Heffron, o El pacto de los lobos (Le Pacte des loups, 2001), de Christophe Gans, se le verá de nuevo en las pantallas el 20 de octubre de 2021 en Las ilusiones perdidas (Comédie humaine), adaptación de Xavier Giannoli de la novela homónima de Balzac. Pero el actor autodidacta, el bondadoso patriarca de una línea de actores (su hija Salomé y sus tres hijos Sagamore, Robinson y Pierre también contrajeron el virus), fue también, y sobre todo, un cineasta singular, una especie de John Cassavetes francés, que sólo pudo rodar tres películas, pero qué películas, de narrativa poco común y audacia formal... Hijo de una maestra de escuela y un ingeniero de obras públicas, Jean-François Stévenin nació y creció en Lons-le-Saunier, Jura, el 23 de abril de 1944, un campo y una montaña que luego filmaría como persona en Le passe-montagne (1978) y al que se mantuvo fiel hasta su muerte - era dueño de "una granja con corrientes de aire" allí, a la que llamó su "rancho". Inscrito en HEC, pasa más tiempo en cines que estudiando negocios. Pero fue durante una pasantía en Cuba que realmente nació su vocación: ocioso, aprovechó su tiempo libre para asistir a clases en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica en La Habana y, gracias a un pistón de un primo del Che Guevara, consigue una pasantía en un rodaje en medio de la jungla. Asistente que "se parece a Brando"
De vuelta en París, se encontró ayudando en el set de La Chamade de Alain Cavalier, junto a Catherine Deneuve y Michel Piccoli, a mediados de mayo de 1968. Inmediatamente descubrió una forma mucho más aventurera de filmar con Jacques Rozier y Jacques Rivette. En el set de Out 1: Noli me tangere (1970), la película monstruo de doce cuarenta horas totalmente improvisada por Jacques Rivette y Suzanne Schiffman; o en El pequeño salvaje (1970), Une belle fille comme moi (1972) y La noche americana (1973), tres películas de François Truffaut. Juliet Berto sugiere que este asistente que "se parece a Brando" asume el papel de un pequeño matón inspirado en el jefe de una banda de motoristas disconformes con la sociedad encarnado por la estrella estadounidense en Salvaje (The Wild One, 1953). Resultado: Stévenin, muy Actors Studio en este caso, le pega una monumental bofetada a la actriz en una escena en el café - la pelea con su pareja que sigue tampoco es nada elegante...
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