A sus 28 años, la actriz despliega una corta filmografía pero sin fallos, marcada por el cine de autor. En la segunda película de Naël Marandin, es impresionante su interpretación de una joven campesina decidida a imponerse en un entorno masculino.
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Diane Rouxel en La terre des hommes (2020). "Me encantó que mi personaje no tuviera mucho de qué hablar, pero que todo se reflejaba en la apariencia." |
En La terre des hommes, de Naël Marandin, Diane Rouxel impresiona con su juego interiorizado. En su rostro, las oleadas de emociones opuestas de Constance, una joven campesina que avanza en suelo masculino hostil y es agredida sexualmente, se enrojecen y reprimen durante una impresionante secuencia de ocho minutos en la que, casi en silencio, la joven actriz traduce, a su vez, incredulidad, asombro, miedo y vergüenza. Pero Constance, ciertamente una víctima, nunca admitirá la derrota, con su perfil orgulloso elevado hacia el futuro. “Es pequeña, parece frágil y no puedes imaginar su determinación. "Como la actriz de 28 años, que tranquila pero segura se impone en el panorama del cine francés como una de las intérpretes más interesantes, por su impenetrable encanto, pero también por su rechazo a lo fácil.
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La terre des hommes (2021) |
La lista de cineastas con los que Diane Rouxel ha filmado es explícita. Comienza frente a la cámara de Larry Clark con The Smell of Us, (2014) después de un casting duro y una filmación muy libre, luego continúa con La boca (The Mouth, 2015), de Thomas Aufort interpretando el papel de una experta en "beatbox". Le sigue el papel de una ciega en Fou d'amour (20159, de Philippe Ramos, antes de atraer toda la atención en La cabeza alta (La tête haute, 2015), de Emmanuelle Bercot, como novia de Rod Paradot: “Era la primera vez que me elegían después de tres intentos, entre muchas otras actrices jóvenes. Me tranquilizó: no estaba haciendo películas por casualidad. Le seguiría un papel secundario en Moka (2016), de Frédéric Mermoud. A continuación participaría en el primer largometraje de Bertrand Mandico, The Wild Boys (Les garçons sauvages, 2017), dando vida a Hubert, pelo corto, pantalones y tirantes, brilla, inquietante vendedor de periódicos en blanco y negro: “Interpretar a una persona del sexo opuesto fue fascinante. Cambia tu voz, ponte el disfraz, comprime tus pechos, transfórmate”. Al año siguiente, en el primer largometraje de Tatiana Margaux Bonhomme en Head Above Water (Marche ou crève, 2018). Ese mismo año interpreta a una joven en búsqueda de sí misma en Volontaire (2018), de Hélène Fillières. Una joven atemporal, en la magnífica Mes provinciales (2018), de Jean-Paul Civeyrac.
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