Dos millones de espectadores para el primero, más de uno en un mes para el segundo. En los cines, las películas de Cédric Jimenez y Yann Gozlan atraen multitudes, mientras que estas películas de género "made in France" estaban hasta ahora bastante descuidadas. Pequeño punto en los grandes éxitos.
Con ellos, el negro cobra color. Lanzadas con solo tres semanas de diferencia, dos películas de género francés están alcanzando altas cotas de taquilla. El primero, BAC Nord: Brigada de Investigación Criminal (BAC Nord, 2021), de Cédric Jimenez, acaba de superar a Asuntos pendientes (36 quai des Orfèvres, 2004), de Olivier Marchal, un thriller de referencia de la década de 2000 que ha cosechado 2,09 millones de espectadores. El fenómeno BAC Nord: Brigada de Investigación Criminal permite al director superar con creces la puntuación de Conexión Marsella (La French, 2014), su anterior largometraje (1,5 millones de entradas).
En un registro más thriller, Cajas oscuras (Black Box, 2020), de Yann Gozlan, con Pierre Niney, acaba de superar el millón de entradas en menos de cinco semanas, impulsada por un boca a boca excepcional. A menudo centrado en comedias populares, para llenar las rejillas de los canales de televisión que las producen, y en películas de autor, más apoyadas por ayudas selectivas del CNC (Centro Nacional de Cinematografía), el cine francés luchó, estos últimos años, por movilizar al público. en las llamadas películas de "género".
Frente al gran formato
Sin embargo, el thriller francés pertenece a una larga tradición, desde la década de 1940 hasta la de 1980, que llenó las salas de cine, desde Henri-Georges Clouzot -En legítima defensa (Quai des Orfèvres, 1947)-, hasta Georges Lautner -El profesional (Le Professionnel, 1981), incluido Henri Verneuil, El clan de los sicilianos (Le clan des siciliens, 1969); Jacques Becker, No toquéis la pasta (Touchez pas au grisbi, 1954) o Jean-Pierre Melville, Círculo rojo (Le Cercle rouge, 1970). Si Los ríos de color púrpura (Les rivières pourpres, 2000) y luego las películas de Olivier Marchal lograron relanzar el género a principios de la década de 2000, con muy buenos resultados de taquilla, la de 2010 resultó ser más anodina.
Frente a estos peces gordos, algunas novedades estrenadas el 13 de octubre han salido bien. Eiffel (2021), de Martin Bourboulon, el romance con Romain Duris y Emma Mackey, logra así 343.000 espectadores al final de su primer fin de semana en 685 cines. Este es sin duda el cuarto mejor comienzo de año para una película francesa, pero necesitará el boca a boca para amortizar su considerable presupuesto de 23 millones de euros. Por su parte, la excelente La peor persona del mundo (Verdens verste menneske, 2021), coproducción franco-noruega-danesa, dirigida por Joachim Trier, que ganó el premio de mejor actriz en Cannes para Renate Reinsve, es una grata sorpresa, con 53.000 espectadores en la primera semana en solo 144 cines. Y esto acaba de empezar...
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