Cuando La burla del Diablo (Beat the Devil) se estrenó en 1953, la carrera de “Bogie”, de 53 años, finalmente iba muy bien. Después de años marcados por el alcoholismo mundano y el desprecio de sus compañeros.
Un niño bien que se convirtió en el rey del cine negro, "Bogie" nunca logró saborear completamente los frutos de su éxito. ¿Porque este llegó demasiado tarde? Cuando subió al escenario del Teatro Pantages, en Los Ángeles, el 20 de marzo de 1952, para recibir su Oscar, el icónico actor con gabardina y suave fieltro apareció en contra de su costumbre, con esmoquin y pajarita.
Su interpretación de un marino borrachín en La reina de África (The African Queen, 1953) de John Huston, le valió adelantarse a Montgomery Clift y Marlon Brando, héroes sensibles de la nueva generación. Pero esa noche, fue Humphrey Bogart a quien Hollywood y su mala conciencia eligieron honrar. El hombre solo le quedan cinco años de vida. Quizás el período hermoso a nivel profesional, que lo ve constantemente cambiando de melodía y siendo dirigido, desde La burla del Diablo (Beat the Devil) a La condesa descalza (The Barefoot Countess, 1954), por Huston y Mankiewicz. Pero también el más duro en su intimidad. Además, Bogie nunca ha dejado de enfrentarse a la adversidad.
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