Tienen tres hijos, un hermoso apartamento, pero también un amante cada uno, a quien ambos llevan a su casa de campo al mismo tiempo. Las puertas se cierran pero la salsa no se lleva en este vodevil donde no pasa nada...
Lo siento de antemano, este artículo revelará un poco la última comedia de Melissa Drigeard. Es difícil hacer lo contrario, ya que Tout nous sourit (2020) se reduce más o menos a su increíble historia. Vamos, empecemos: Audrey (Elsa Zylberstein) y Jérôme (Stéphane De Groodt) son una feliz pareja de cincuenta (todos les sonríen), padres de tres niños más o menos inteligentes (poco importa, pero ello dará lugar a bromas).
Audrey finge tener un inocente fin de semana fuera, pero de hecho se une a su amante, con quien va a la casa de campo familiar. Jerome afirma lo mismo, pero también se une a su amante, a quien lleva a la misma casa. ¡Vodevil! Más aún cuando, una vez que la vergüenza está bien establecida, los padres de Audrey (Anne Benoît y Guy Marchand) llegan porque han escuchado un ruido (viven cerca). Y tanto más cuando de repente nos damos cuenta de que los tres niños más o menos inteligentes también han decidido venir a esta casa de campo con otros dos amigos a tomar MDMA (un poco de modernidad, con un guión un poco dieciochesco). Y para acabar, su hermana. A los cuatro no les queda más remedio que fingir para salvar las apariencias. Pero en seguida salta la chispa y los nervios estallan...
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