Robert Bresson estrenó dos de las obras que mejor han sabido plasmar los difíciles años de la adolescencia en el arte: Al azar, Baltasar y Mouchette. Aprovechando el 55º aniversario del estreno de la primera, aprovechamos para recomendarles una sesión doble con estas dos joyas del cine francés y mundial.
Al azar de Baltasar (Au hasard Balthazar, 1966)
La película cuenta la vida del burro Balthazar, en medio de los dramas y las muertes humanas. El burro vivía feliz junto con una tímida campesina llamada Marie, pero sus caminos se separan y ya nada volverá a ser lo mismo para ninguno de los dos. Ambos van a ser maltratados a partir de ahora por las personas que se vayan encontrando en su camino, con una historia que sigue a ambos personajes con sus infortunios. Bresson, que quiso también tener su idiota, buscó un burro que no supiera hacer absolutamente nada, ni siquiera empujar bien una carreta. Los niños que lo adoptan en la película lo bautizan con el nombre de uno de los reyes magos. La vida del pequeño asno será un viaje tan azaroso como el de ellos. Está considerada como una de las mejores películas del siglo XX.
Mouchette (196)
Obra maestra del aclamado Robert Bresson, que adaptó por segunda vez a Georges Bernanos tras Diario de un cura rural. Mouchette vive una existencia miserable en la campiña francesa. Hija de un alcohólico y de una enferma terminal, Mouchette es una adolescente inadaptada, que se enfrenta al mundo con su rebeldía. La incomprensión de los mayores y los breves momentos de felicidad de la mísera y cruel vida de Mouchette, son el eje de este filme del francés Robert Bresson, un cineasta que destacó por su espiritualidad y ascetismo, y por su búsqueda de un lenguaje visual puro, cargado de gestos, miradas y sonidos. Considerada por la crítica como una de las mejores producciones del autor, Mouchette optó a la Palma de Oro del festival de Cannes de 1967. Aunque no consiguió llevarse este galardón (fue a parar finalmente a Michelangelo Antonioni y su Deseo de una mañana de verano), sí que logró alzarse -también dentro del certamen- con el premio OCIC, que lo entrega la Organización Católica Internacional de Cine.
Como curiosidad, el trailer de esta película fue creado por otro mito del cine francés, Jean-Luc Godard, que convirtió el anuncio en un pequeño ensayo sobre la misma.
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