domingo, 14 de noviembre de 2021

Netflix consigue un filón de oro al ofrecer la obra de Roald Dahl (I)

La plataforma se hizo con los derechos de la obra completa del escritor británico, otorgándose el inmenso privilegio de imaginar todo tipo de proyectos de adaptación. Y para cortar la alfombra debajo de la competencia del estudio.
El 11 de octubre, Timothée Chalamet compartió en las redes sociales una primera foto de Wonka, la película sobre la juventud del chocolatero demiurgo que actualmente está rodando. El actor, disfrazado, tiene una mirada de reojo, lúgubre. Sin duda sabe que Wonka será un caso especial: esta producción de Warner es la última en poder utilizar los personajes e historias creados por Roald Dahl. A partir de ahora, las adaptaciones del autor de Charlie y la fábrica de chocolate, El gran gigante bonachón y muchos otros son propiedad exclusiva de Netflix.
La plataforma incorporó a finales de septiembre en su cartera la Roald Dahl Story Company (RDSC), gestora de los derechos de toda la obra del escritor. Es decir veinte novelas y quince colecciones de cuentos disponibles en un sinfín de películas y series. Mucho más de lo que Dahl permitió durante su vida, como recuerda el periodista Julien Bisson, supervisor de la reciente antología de Roald Dahl, Tales of the Unexpected: “ Dahl conocía perfectamente el mundo del cine por haber escrito varios guiones, como el de Solo vivimos dos veces, hasta el punto de haber rechazado entonces durante mucho tiempo que sus obras para jóvenes ser adaptado". Pero sobre todo habiendo tenido una pésima experiencia con los productores de la versión de 1971, Charlie y la fábrica de chocolate
Freddie Highmore en Charlie y la fábrica de chocolate (2005)
En la actualidad, es con Luke Kelly, su nieto, conocido por respetar la decisión de su abuelo, con quien Netflix negociará. En particular la posibilidad de crear licencias en torno a personajes. ¿Veremos pronto spin-offs que hagan de Oompa-Loompas un equivalente de los Minions. "Estoy seguro de que Netflix tiene esta idea en mente", dice Julien Bisson. Todo será una cuestión de enfoque. O irá, como las adaptaciones más fallidas hasta ahora, hacia una dilución de la parte corrosiva de Dahl, o conservará su parte tosca, su visión de niños suficientemente inteligentes para apreciar el segundo grado o la violencia simbólica."
(cont.)

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