RoboCop (1987), Desafío total (1990), Instinto básico (1992) y Elle (2016)... La crítica convincente se complace en descifrar las películas de este cineasta a menudo mal interpretadas. Cineasta de la duplicidad, Paul Verhoeven maneja la ironía como nadie más. Sus películas muestran lo contrario de lo que significan y, de hecho, a menudo se malinterpretan. Para intentar ver con claridad en este juego de engaños, intentamos descifrar sus películas más emblemáticas.
Abrimos con RoboCop (1987), la primera película de Hollywood del cineasta holandés, y detrás del virilista éxito de taquilla pro-Reagan surge la lucha humana por recuperar el control de la máquina. Las críticas la elogiaron como una película de acción satírica e inteligente con mensajes filosóficos profundos, pero en conflicto por la violencia extrema mostrada.
Abrimos con RoboCop (1987), la primera película de Hollywood del cineasta holandés, y detrás del virilista éxito de taquilla pro-Reagan surge la lucha humana por recuperar el control de la máquina. Las críticas la elogiaron como una película de acción satírica e inteligente con mensajes filosóficos profundos, pero en conflicto por la violencia extrema mostrada.
Las relaciones de dominación están en el corazón de Instinto básico (Basic Instinct, 1992), "un thriller erótico algo basto" para espectadores distraídos, una fascinante variación en torno a Vértigo , de Hitchcock, con una Sharon Stone que subvierte la "mirada masculina" (el punto de vista masculino). Deslumbrante, primer y segundo grado. Pero por encima del erotismo, el director de sabe crear una atmósfera de suspense y desarrolla la historia al estilo clásico. Además, contó con unas destacadas interpretaciones de Michael Douglas, y Sharon Stone.
Por otro lado, no se duda en comparar a Isabelle Huppert, la heroína víctima de una violación en Elle (2016), con "una mujer-máquina", que rechaza resueltamente su condición de víctima. Es interesante que los hombres en la película son más bien débiles y frágiles, mientras que ella reacciona de una manera bastante impredecible. Es una víctima, pero no es una caricatura ni de la mujer común ni de la mujer con poder. Tiene una característica incierta, ambigua».
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