Eduardo Manostijeras (Edward Scissorhands, 1990)
Hablando de cuentos de hadas invernales, no podemos olvidar este clásico de los años 1990. La película que encumbró a Tim Burton como director de fábulas góticas y convirtió a Jonnhy Deep y Winona Ryder en la pareja de moda.
“¿De donde viene la nieve?”, le pregunta su nieta a la anciana protagonista. Y ahí comienza el relato de la historia del enigmático Edward, un extraño muchacho con cuchillas en lugar de dedos.
La película, como todo cuento que se precie, tiene una moraleja clara. Las apariencias engañan, y hay que hacer caso a lo que dicta el corazón. Y no importa cuantos años pasen, la escena del personaje de Winona bailando bajo la nieve con la partitura de Danny Elfman sigue siendo pura magia.
Frozen: El reino del hielo (Frozen, 2013)
Aunque no es específicamente una película navideña, Frozen, dirigida por Chris Buck, se ha hecho un hueco por derecho propio entre las películas cuyo revisionado es de obligado cumplimiento durante las vacaciones navideñas. Tanto la original como su secuela, desprenden un claro aroma de cuento de hadas invernal (no en vano está inspirada en el clásico de Andersen La reina de las nieves), por lo que son ideales para disfrutar bajo una mantita y con un chocolate caliente. Tanto la original, que fue un bombazo, como su posterior secuela (donde la profundidad psicológica de los personajes crece de forma exponencial), son tan buenas que no podemos decidirnos sólo por una. Nuestra recomendación: “maratón Frozen” una tarde de domingo.
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