Jardins enchantés (2022), en cines el miércoles 26 de enero, son seis cortometrajes en los que la vegetación es tan rica como las técnicas de animación. A partir de 4 años.
En esta antología de seis cortometrajes animados, de cinco países diferentes (Francia, Rusia, Hungría, Estados Unidos y Suiza), la exuberante vegetación de los jardines los convierte en selvas para explorar. Esta biodiversidad hace referencia a la riqueza de texturas gráficas, entre marionetas, stop-motion y dibujo 2D.
Las seis historias en dos palabras: los patios son a veces propicios para paseos psicodélicos (Couchée, Cache-cache), a veces para la aparición de universos encantados (Le Roi et la Poire, Tulipe). O descubrir la biodiversidad, con este polluelo enfrentado a sus vecinos (L’Oiseau et les Abeilles), luego con estos insectos observando la metamorfosis de una planta durante cuatro estaciones (Du Iz Tak?).
El argumento para que les guste: Jardins enchantés merece la pena por la variedad de sus técnicas de animación. En Tulipe (2021), transposición de un cuento de Andersen, el stop-motion con lana da una interpretación casi orgánica al rostro de una anciana. Y da llamativas texturas vegetales o acuáticas – hongos, estanque. El dibujo en 2D permite infinitas mutaciones del paisaje en Cache-cache (2020), cercano al surrealismo, y en Couchée (2015), adaptación de un poema de Robert Desnos.
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