El jovencito Frankenstein (Young Frankenstein, 1974), de Mel Brooks
El joven doctor Frederick Frankenstein, un neurocirujano norteamericano, trata de escapar del estigma legado por su abuelo, quien creó años atrás una horrible criatura. Pero, cuando hereda el castillo de Frankenstein y descubre un extraño manual científico en el que se explica paso a paso cómo devolverle la vida a un cadáver, comienza a crear su propio monstruo. La película es una parodia del cine de terror clásico, en particular de las adaptaciones cinematográficas de la novela de Mary Shelley, Frankenstein, y más en concreto de las producidas por Universal en los años 1930 a las cuales esta película hace un cariñoso homenaje. Esto se refleja en el hecho de que la mayoría de las piezas del laboratorio son las mismas que las usadas en la película Frankenstein de 1931, diseñadas por Ken Strickfaden, y que el largometraje se ambienta en la década de 1930. Para reflejar más eficazmente la atmósfera de aquellas viejas películas, Brooks rodó la suya en blanco y negro, una rara elección en aquella época. El jovencito Frankenstein aparece en el puesto 28 de la lista de las 50 películas de todos los tiempos de la revista Total Magazine, en el número 56 de las «100 películas más divertidas» de la cadena Bravo y en el número 13 de las 100 películas estadounidenses más divertidas de todos los tiempos del American Film Institute. En 2003 fue juzgada como «culturalmente significativa» por el National Film Preservation Board (Comité Nacional de Preservación de Películas) de Estados Unidos y elegida para su conservación en el National Film Registry de la biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Tuvo dos nominaciones a los Oscar y a los Globos de Oro. Se conmemora el quincuagésimo aniversario de su estreno.
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