Paul Thomas Anderson regresa a los cines con Licorice Pizza (2021), cuatro años después de su obra maestra El hilo invisible (Phantom Thread, 2017). El pequeño genio del cine estadounidense ofrece un film ligero, en la frontera entre el cine adolescente y la comedia romántica, que ha emocionado a nuestros críticos. Cooper Hoffman y Alana Haim protagonizan el regreso del director de Boogie Nights a la California de los años 1970.
En 1970, la película sigue la historia de uno de los estudiantes del instituto de San Fernando Valley: Alana y Gary. El chico sueña con conquistar el amor de la joven, aunque esta es unos años mayor. Todo acambiará cuando, a raíz de tener un aplaudido papel en el teatro, el muchacho se convierta en un actor famoso. Su vida parece fácil, pero tiene que hacer lo imposible para llevar una vida equilibrada entre la fama y la vida de niño normal que no quiere abandonar.
En Licorice Pizza Anderson vuelve también a mostrar el cine dentro del cine como ya hiciera en aquella película sobre la industria del porno. Pero el título definitivo de la película, que inicialmente iba a llamarse “Soggy Bottom”, remite también a la industria musical. Licorice Pizza es el nombre de una famosa tienda de discos californiana que tuvo su momento de gloria en los años 1970, durante los que introdujo bandas como Blondi y a Patti Smith.
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