Virginie Efira dividiendo su vida entre dos casas en Madeleine Collins (2021) de Antoine Barraud, Nicole García recreando el asunto Jean-Claude Romand en El adversario (L'adversaire, 2002)... El cine está loco por la simulación. Y deleitarse con la inevitable caída a la que conduce.
Vuelve de su viaje habitual. Cuida de su pequeña, de la casa, del hombre que vive con ella. Luego se marcha y la encontramos en Suiza, elegantemente vestida para un concierto de su marido. Una vez más, ella no se queda. Ella los deja, a él y a sus dos hijos, para regresar a Francia, mientras finge irse a otro lugar, donde sus ocupaciones profesionales la llaman ... Así actúa la heroína (Virginie Efira) de la película de Antoine Barraud, Madeleine Collins. Nos damos cuenta, poco a poco, de que estos hombres se conocen, pero que no comprenden realmente el extraño vínculo que esta mujer ha tejido entre ellos. ¿Lo sabe ella misma?...
Es este lado oscuro el que detalla la película. Madeleine Collins es una película casi policíaca, casi psicoanalítica, donde los hechos, incluso cuando el desenlace los revela, no explican mucho. Porque lo esencial se juega en otra parte: en la zona ilógica y difusa en la que se construyen ciertos seres turbados, atribulados y perturbadores. Una vida intermedia todavía amenazada. Al cine, a veces sádico, siempre le ha gustado observarlos antes de su caída...
(cont.)
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