En esta nueva entrega de la saga de JK Rowling, hoy en los cines, el héroe, Norbert Dragonneau, se encuentra en un Berlín hitleriano esbozado sin sutilezas. Desaparece el encanto de las primeras contraventanas. A pesar de una pizca de buenas ideas.
El crítico sueña, en algunos casos de sagas, con crear el hechizo "¡Meminisse!" “, sólo para librarse de la misión de recapitular los hechos precedentes, y que el espectador, gracias, ya lo sepa todo y lo recuerde solo. Recuerden, audiencia muggle, que la serie Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos , con guión de la propia JK Rowling, y tanto spin-off como precuela de la empresa matriz de Harry Potter, narra las aventuras del tímido magizoólogo Norbert Scamander (Eddie Redmayne), especialista en extrañas criaturas, autor del libro Vida y hábitat de animales fantásticos, presente en la lista de útiles escolares de Hogwarts, y encargado por un aún joven Dumbledore para luchar contra el mal.
La primera película, un elegante éxito de taquilla, jugó plenamente la carta mágica de una "aparición" en Nueva York durante los locos años veinte. La segunda, en un París de 1927 muy Freaks de Tod Browning, oscurecido con un eje del mal formado en torno al malvado Gellert Grindelwald, dispuesto a incendiar el mundo de muggles y magos buenos, al que Johnny Depp prestó su locura barroca y un rubio peróxido. Tras el despido de ésta, que se había vuelto poco frecuente, y los comentarios transfóbicos reprochados a JK Rowling, esta tercera parte se anunciaba como una película con mala suerte y un reto a asumir.
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