(cont.)
La más impactante: Hunger (2008), de Steve McQueen
En 1976, un decreto del gobierno británico privó a los miembros del IRA de estatus político. Por lo tanto, se convierten en presos de derecho común, lo que rechazan. Tras numerosas protestas (en particular, se niegan a lavarse), uno de ellos, Bobby Sands, inicia una huelga de hambre. Durará sesenta y seis días y lo convertirá en un héroe.
Liam McMahon en Hunger (2008), de Steve McQueen |
Después de su muerte, como Maquiavelo, Margaret Thatcher declaró en la Cámara de los Comunes: “El Sr. Sands era un delincuente convicto. Tomó la decisión de quitarse la vida. Una elección que la organización a la que pertenecía no dejó a muchas de sus víctimas”… El primer largometraje de Steve McQueen (autor de Doce años de esclavitud y Viudas), todo en planos secuencia, culmina con aquella (¡diecisiete minutos!) donde Bobby Sands (Michael Fassbender, excepcional) habla de política y fe con un capellán (Liam Cunningham) deseoso de evitar lo que a sus ojos queda como un suicidio.
La más inspirada: Bloody Sunday (Domingo sangriento) (2002), de Paul Greengrass
El 30 de enero de 1972, los católicos marcharon pacíficamente por las calles de Londonderry. Pero la tensión es tal que el ejército acaba disparando sobre los manifestantes... En 2002, cuando la guerra civil parece haber terminado, Paul Greengrass resume el conflicto en un solo día, con su procesión de fanatismo, incomprensión, resentimiento y dolor.
Bloody Sunday (Domingo sangriento) (2002), de Paul Grengrass |
La más extraña: Juego de lágrimas (The Crying Game, 1992), de Neil Jordan
Primer descubrimiento de Fergus (Stephen Rea), hasta entonces fiel luchador del IRA: el soldado negro británico (Forest Whitaker) que sus amigos secuestraron no es el monstruo que él creía. Y cuando muere accidentalmente, Fergus, refugiado en Londres para escapar de la policía, busca a Dil, el amor de su (casi) amigo. Este será su segundo descubrimiento, mucho más inesperado que el primero...
Juego de lágrimas (1992) de Neil Jordan, con Forest Whitaker y Stephen Rea |
En este escenario políticamente incorrecto (que, curiosamente, ganó el Oscar), Neil Jordan revela a su esbelto pero invencible héroe: ¡una especie de Stallone enfermizo! – su humanidad y su ambigüedad. Muy agradable…
No hay comentarios:
Publicar un comentario