Picnic en Hanging Rock (Picnic at Hanging Rock, 1975), de Peter Weir
La acción transcurre en 1900 en Australia Meridional. Un grupo de alumnas de un colegio victoriano va a hacer una excursión el día de San Valentín a un lugar llamado Hanging Rock, una formación rocosa de origen volcánica. Tras el pícnic, un pequeño grupo de alumnas junto con una profesora deciden investigar las zonas más recónditas del lugar, pero solo una de ellas volverá a ser vista, aunque no recordará nada.
Segunda película de su director está basada en la novela homónima de Joan Lindsay, publicada en 1967. Considerada como una de las primeras obras maestras del cine australiano, la segunda película de Peter Weir ha ido ganando adeptos con los años y que relata un supuesto hecho real donde una serie de jóvenes desaparecieron en las inmediaciones del extraño fenómeno geológico de Hanging Rock, unos 70 kilómetros al norte de Melbourne, en dirección al corazón del continente austral. En realidad, tal hecho nunca aconteció, y la decisión de Weir (heredada de Lindsay) de encabezar su película con un texto que alude a su carácter de «basado en hechos reales» la empareja curiosamente con otra película que se estrenó un año antes, La matanza de Texas (The Texas Chain Saw Massacre, 1974), de Tobe Hooper, que también se inicia con un anuncio falso similar.
Una película trata sobre la incomprensión, sobre los límites del conocimiento y de nuestras escasas energías morales para asumir lo que habita más allá, sobre la imposibilidad de discernir la figura de aquello que escapa a nuestras formas tradicionales de dar sentido al mundo.
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