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Durante la II Guerra Mundial (1942-1944)
Después del ataque a Pearl Harbor, Davis pasó los primeros meses de 1942 vendiendo bonos de guerra. Se enfureció con Jack Warner luego de que este criticara su tendencia a engatusar a las personas y sintiera que ella estaba llevando su imagen demasiado lejos. Sin embargo, la actriz continuó con sus propios métodos e incluso visitó fábricas en Oklahoma, donde arengó a una multitud a contribuir materialmente como parte de los esfuerzos necesarios para colaborar en la guerra. En apenas dos días recaudó dos millones de dólares en bonos y otros 250 000 por una fotografía suya en Jezabel. También formó parte de regimientos integrados por personas de color (Davis era la única integrante blanca) en un grupo actoral conformado por Hattie McDaniel, Lena Horne y Ethel Waters.
La cantina de Hollywood (1944) |
Luego de la sugerencia de John Garfield de abrir un club para militares en Hollywood, Davis (con la ayuda de Warner, Cary Grant y Jule Styne) transformó un antiguo club nocturno en la Cantina de Hollywood, que se inauguró el 3 de octubre de 1942. Las estrellas más importantes de Hollywood ofrecieron llevar a cabo servicios de animación a los militares. Davis aseguró que todas las noches habría unas cuantas figuras «importantes» para los soldados que llegaran y apareció como sí misma en la película La cantina de Hollywood (Hollywood Canteen, 1944), que utilizó el local como escenario de rodaje para una historia de ficción. Davis comentó más adelante: «Hay pocos logros en mi vida de los que estoy sinceramente orgullosa, La cantina de Hollywood es uno de ellos». En 1980 fue galardonada con la Medalla al Servicio Civil del Ejército, uno de los más altos galardones civiles entregados por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, por su desempeño en la Cantina de Hollywood.
La extraña pasajera (1942) |
Una de las escenas más imitadas del drama romántico La extraña pasajera (Now, Voyager, 1942) es aquella en la que Paul Henreid enciende dos cigarrillos mientras mira fijamente los ojos de Davis y le pasa uno. Los críticos de cine elogiaron su actuación y el National Board of Review comentó que le dio a la película «una dignidad que no estaba plenamente garantizada por el guion». En la película, Claude Rains actuó como su coestrella. Davis lo acompañó en tres películas más y confesó en sus memorias que fue su partenaire favorito. La extraña pasajera ocupa el puesto 23 de las mejores películas románticas de todos los tiempos según la lista del American Film Institute.
Alarma en el Rhin (1943) |
Durante principios de la década de 1940, muchas de las opciones cinematográficas de Davis estuvieron influenciadas por la temática de la guerra, como Alarma en el Rhin (Watch on the Rhine, 1943), Herman Shumlin, basada nuevamente en una obra de Lillian Hellman, y Adorables estrellas (Thank Your Lucky Stars, 1943), de David Butler, una alegre cabalgata musical donde cada una de las estrellas más destacadas donaron sus honorarios a la Cantina de Hollywood. Ahí, Davis interpretó una canción novedosa: «They're Either Too Young or Too Old», que se convirtió en un éxito después del estreno de la película. En Vieja amistad (Old Acquaintance, 1943), de Vincent Sherman, volvió a trabajar con Miriam Hopkins. La historia narra los conflictos originados entre ambas cuando una de ellas se convierte en una novelista exitosa. Davis sintió que Hopkins intentó desmerecerla a lo largo de la película y el director Vincent Sherman recordó la intensa competitividad y animosidad entre las dos actrices. Davis solía bromear diciendo que no se contuvo nada en una escena en la que debía sacudir a Hopkins en un ataque de ira.
El señor Skeffington (1944) |
En agosto de 1943, el esposo de Davis, Arthur Farnsworth, se desmayó inesperadamente mientras caminaba por una calle de Hollywood y murió dos días después. Una autopsia reveló que su desmayo fue causado por una fractura de cráneo que había sufrido dos semanas antes. Davis declaró ante una investigación que no sabía cuál podría haber sido la causa de su lesión y se llegó a la conclusión de que fue una muerte accidental. Abatida por el hecho, tomó una semana de luto pero luego insistió en regresar para rodar El señor Skeffington (Mr. Skeffington, 1944). Sin embargo, desde el primer día de rodaje tuvo serios enfrentamientos con el director Vincent Sherman. Davis explicó más tarde que su modo de actuar era errático y fuera de lo común debido a su catástrofe personal con la siguiente observación: «Cuando más infeliz era, atacaba en lugar de lamentarme». Algunos críticos la analizaron, entre ellos James Agee, quien escribió que «demuestra los horrores del egocentrismo en una escala maratónica». A pesar de las críticas mixtas, recibió otra nominación a los premios de la Academia.
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