6.- El irlandés (The Irishman, 2019)
De Niro, Pesci, Keitel: llegaron, están todos aquí, los actores favoritos de Scorsese, junto con otro monstruo sagrado, Al Pacino, en el papel del sindicalista Jimmy Hoffa. Inspirado en la biografía de este sicario, este cautivador fresco producido para Netflix completa los grandes temas de Scorsese con notas de tristeza que poco sabíamos de él. Una meditación testimonial, a menudo conmovedora, sobre la amistad, la traición y la vejez.
5.- Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano (A Personal Journey with Martin Scorsese Through American Movies, 1995)
Lleno de fragmentos de películas, este fascinante panorama (3h40) constituye el museo imaginario de Scorsese. Un llamativo travelling de las películas que alimentaron sus sueños, es también una reflexión sobre la evolución moral de los Estados Unidos, su capacidad para crear mitos y una maravillosa lección cinematográfica en el arte de dirigir.
4.- Uno de los nuestros (Goodfellas, 1990)
Ascenso y caída de Henry Hill (Ray Liotta), que quería ser un gángster por el dinero, la vida fácil y la "respetabilidad". De su itinerario de treinta años, Scorsese extrae un cine negro magistral, junto con una moraleja, que se ha convertido con razón en un clásico.
3.- La edad de la inocencia (The Age of Innocence, 1993)
Scorsese sorprendido y encantado. – con esta hermosa obra estilizada sobre una sociedad encorsetada. Pero la historia de Newland Archer (Daniel Day-Lewis, magnífico) no es otra que, como siempre ocurre con el cineasta, la de una víctima de los códigos de su mundo. La violencia está sofocada bajo el encaje, pero está ahí...
2.- Toro salvaje (Raging Bull, 1980)
Scorsese, entonces en el fondo del agujero en su vida profesional (tras el fracaso de New York, New York) y privada, vio en la vida del boxeador LaMotta, campeón mundial autodestructivo, una de las historias de redención que más ama. Ofrece una lectura mística de este destino, que se convierte en una parábola del pecado y la gracia en un suntuoso blanco y negro. De Niro, más Actors Studio que nunca, está monumental.
1.- Casino (1995)
Las Vegas es el sueño americano, llevado al límite extremo. En este amplio fresco, Scorsese lo filma como un sueño llamativo que acaba decayendo, autodestruyéndose. Como el final del Salvaje Oeste. Con, como bonus, una trágica historia de amor entre Robert De Niro y Sharon Stone en el apogeo de su belleza… Magistral.
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