El 29 de mayo de 1979 muere en Santa Mónica, California, Mary Pickford (nacida Gladys Marie Smith), actriz cinematográfica canadiense.
Fue una de las máximas figuras del cine mudo durante el período 1915-1925 como intérprete de un tipo popular de ingenua romántica y así llegó a ser la actriz más poderosa y mejor pagada en esa época, la primera gran estrella de Hollywood. Entre el público estadounidense se la conoció como «la pequeña Mary», «la chica del cabello dorado» y la primera «novia de América».
A los quince años, la joven viajó sola a Nueva York para pedir trabajo a David Belasco, productor de exitosas obras en Broadway, y lo consiguió. Era el verano de 1907 cuando, junto con Belasco, decidió cambiar su nombre al de Mary Pickford para su trabajo teatral, pero pronto descubrió el cine. Curiosa acerca del nuevo arte, fue contratada por los Estudios Biograph, el estudio de David Wark Griffith, y debutó en la película de 1909 The Violin Maker of Cremona.
Adicionalmente hizo diversos cortos, en muchos de los cuales compartía protagonismo con Owen Moore. Fue este su primer marido, en 1911, cuando se casaron en secreto.
Ambiciosa, pronto empezó a ganar fama y a exigir que su nombre apareciera en pantalla. Ya en 1914 cobraba más de 100.000 dólares anuales, y en 1915 tenía su propia productora la Mary Pickford Famous Players Company.
l inicial coqueteo con el cine mientras trabajaba con Belasco fue invirtiéndose, y en pocos años Mary se convirtió en la «novia de América», y en la primera actriz con admiradores a lo largo de todo el mundo, gracias a sus papeles de niña pobre de graciosos tirabuzones -aparentaba menos edad de la que en realidad tenía.
Mary Pickford en Rosita la cantante callejera (1923) |
La pobre niña rica (The Poor Little Rich Girl) y Rebecca la de la granja del sol (Rebecca of Sunnybrook Farm), ambas en 1917 fueron sus primeros éxitos como largometrajes.
El 17 de abril de 1919, Mary Pickford, junto con Charles Chaplin, D.W. Griffith y su futuro marido Douglas Fairbanks, fundaban la United Artists, productora cinematográfica que perdura hoy día.
Entre sus éxitos más clamorosos se encuentran Papaíto Piernas Largas (Daddy Long Legs) y Almas de la cumbre (Heart O'the Hills), en 1919, Sueño y Realidad (Suds) en 1920, Por la puerta de servicio (Through the Back Door) y El pequeño Lord (Little Lord Fauntleroy) en 1921, y Tess en el país de las tempestades (Tess of the Storm Country) en 1922.
Su poder era absoluto, controlando hasta el último detalle de sus películas concebidas como vehículos para ella y llegando a contratar al más célebre director alemán, Ernst Lubitsch, para que la dirigiera en la película Rosita la cantante callejera (Rosita) en 1923. Mary Pickford y Douglas Fairbanks formaron la pareja cinematográfica más famosa de su tiempo, aunque solo aparecieron juntos en una película: La Fierecilla Domada (The Taming of the Shrew), en 1929.
Después de la muerte de su progenitora, Mary decidió abandonar sus papeles de huérfana pobre, cortó sus tirabuzones y estuvo un año sin trabajar, el primero de toda su carrera. Su siguiente película, Coqueta en 1929, fue la primera película sonora y un cambio radical en su trabajo. Gracias a ella, consiguió el segundo Premio Oscar desde su fundación, otorgado en la historia de las películas sonoras a la mejor actriz. Esta película, paradójicamente, le provocó un rápido descenso en su popularidad al revelar sus limitaciones como actriz y probar que sus admiradores no estaban dispuestos a aceptar una evolución de su personaje de víctima ingenua hacia caracteres más adultos. Posteriormente solo trabajó en otras tres películas sonoras siendo la última Secrets en 1933.
Cada vez más recluida en su mansión, y tras más de doscientas películas, se consagró a la producción, primero como vicepresidenta de la United Artists y luego como productora independiente hasta 1956, pero jamás volvió a actuar en ninguna otra.
En 1976 se le otorgó un Premio Óscar especial "por su contribución a la industria del cine". El 29 de mayo de 1979 falleció de una hemorragia cerebral en una habitación del Hospital de Santa Mónica, a los 87 años, después de haber caído en el alcoholismo y haber vivido durante décadas en total reclusión.
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