El período del cine alemán dominado por la UFA destacó sobre todo por la eficiencia técnica de sus estudios. Las producciones se caracterizaban por lo cuidado de sus decorados y por una excelente fotografía en blanco y negro. Los dos directores de fotografía más destacados fueron Fritz Arno Wagner (1899-1958) y Karl Freund (1890-1969), que trabajaron fundamentalmente para la UFA.
Wagner comenzó como operador de noticiarios, y rodó su primer largometraje en 1919, Der Galeerensträfling. Fue el director de fotografía de películas tan conseguidas del cine mudo como: Las tres luces (Der müde Tod, 1921) y Los espías (Spione, 1928), ambas de Fritz Lang; Nosferatu: una sinfonía del horror (Nosferatu, eine Symphonie des Grauens, 1922), de F. W. Murnau; Sombras (Schatten 1923), de Arthur Robison; La crónica de Grieshuus (Zur Chronik von Grieshuus, 1925), de Arthur von Gerlach, y El amor de Jeanne Ney (Die Liebe der Jeanne Ney, 1925), de Georg Wilhelm Pabst. Permaneció en Alemania durante todo el III Reich, y trabajó incluso después de la II Guerra Mundial, pero sin demasiadas oportunidades de demostrar su talento.
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Fritz Lang y Fritz Arno Wagner durante un rodaje |
Por otro lado, Karl Freund marchó a Hollywood en 1929, tras haber fotografiado titulos clásicos como El Golem (Der Golem, wie er in die Welt kam, 1920), de Paul Wegener y Carl Boese; El último (Der Letzte Mann, 1924) y Tartufo o el hipócrita (Herr Tartüff, 1925), de F. W. Murnau; Varieté (1925), de E. A. Dupont, y Metrópolis (Metropolis, 1927), de Fritz Lang. Freund había comenzado también como operador de noticias y, al igual que Wagner, se especializó en los efectos de claroscuro propios del cine alemán de la época y, sobre todo, de las películas que abordaban temas de misterio y sobrenaturales.
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Karl Freund también durante un rodaje |
En el libros de The German Cinema, de Roger Manvell y Heinrich Fraenkel han descrito su trabajo y el Wagner así: "Si cabe definir el arte fotográfico como el plantar una escena con la luz, eso es precisamente lo que hicieron esos dos destacados directores de fotografía, utilizando con mano maestra la combinación de luces altas con zonas de penumbra, construyendo composiciones de luces y sombras, rodeando la imagen de niebla, disolviéndola mediante sobreimpresiones, convirtiéndola en mágica por medio de las exposiciones múltiples y creando vastas perspectivas dotadas de una altura y profundidad ilusorias mediante el método Scüfftan y otros capaces de combinar maquetas con decorados a tamaño real. Suyas fueron la habilidad técnica y artística que permitieron reflejar bi-dimensionales, en blanco y negro, en luces y sombras, en niebla e iluminación, las visiones imaginarias de directores tan diferentes como Lang y Pabst, Wiene y Murnau, así como de los hombres que diseñaron y construyeron sus magníficos y expresivos decorados".Los directores de fotografía alemanes (especialmente Freund) utilizaron mucho los efectos especiales durante toda la década de los años 1920 (con la ayuda de los decoradores), incluyendo las maquetas y los trucos de fotografía. El procedimiento más célebre de la época era el llamado Schüfftan, que ahorro millones de marcos en los costos de producción. Fue obra del director de fotografía Wugen Schüfftan (1893-1977). Se basaba en la utilización de un espejo inclinado para reflejar la imagen la fotográfica de una representación en miniatura de la parte superior de un gran plató, uniéndola luego con la estructura a escala real del suelo del mismo, que representaba sólo la parte inferior del decorado en el que actuaba realmente los intérpretes. Esta área, en la que transcurría la acción, era fotografiada por el operador a través del cristal de un espejo que, desprovisto de su azogue, permitía que la parte inferior del decorado a escala real se uniese sin solución de continuidad con la imagen reflejada y colocada encima de la misma, Freund utilizó mucho este procedimiento en el rodaje de Metrópolis.
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Louise Rainer y Paul Muni en La buena tierra (1937) |
En Estados Unidos, Freund continuo creando memorables imágenes cinematográficas para Drácula (Dracula, 1931), La buena tierra (The Good Earth, 1937), por la que obtuvo el Oscar de la Academia, y Cayo Largo (Key Largo, 1948), aparte de dirigir La momia (The Mummy, 1932), Las manos de Orlac (Mad Love (The Hands of Orlac), 1935) y otras películas.