Desaparecido en 2014, el cineasta habría cumplido 100 años el pasado viernes 3 de junio de 2022. Esta es una oportunidad para sumergirse en buena parte de sus largometrajes.
¿Aún no ha visto nada… de Hiroshima o Alain Resnais? Es el momento de aprovechar la selección de diez películas del fallecido cineasta bretón, nacido hace apenas cien años, el 3 de junio de 1922. Cineasta del inconsciente y el imaginario, compañero de viaje del New Roman, el surrealismo, el cómic y las neurociencias, Alain Resnais, fallecido en 2014 , distaba mucho de la etiqueta de artista cerebral que le dimos mal pegada. Su impecable filmografía refleja toda la inteligencia y la curiosidad insaciable de un hombre discreto, al servicio de su arte, y nutrido por todos los demás.
Podemos abrazar su obra en su totalidad o picotear según nuestros apetitos. Desde el imprescindible documental Noche y niebla, exhibido durante décadas en todas las escuelas secundarias, hasta el vértigo existencial de Hierbas salvajes, estas son las películas disponibles en la plataforma. Aún no has visto nada ? Tenéis suerte !
Nuit et Brouillard (1956)
Nuit et Brouillard es la personalísima obra de un maestro del montaje que se rodeó del poeta y exdeportado Jean Cayrol y del compositor austríaco Hanns Eisler, excolaborador de Bertolt Brecht, para transformar el encargo inicial en una obra meditativa, como universal que arraigada en su tiempo. Este film documental repasa con ironía, crudeza y, paradójicamente, con una gran delicadeza, las políticas de exterminio sistemático puestas en marcha por el Tercer Reich. El documental mostró por primera vez el material que el ejército nazi acumuló sobre el exterminio organizado, y una de sus grandes virtudes es que puso el dedo en una llaga que todavía hoy poca gente se atreve a tocar: la responsabilidad colectiva, no sólo de la sociedad alemana, sino de toda Europa y de la humanidad entera, respecto a las atrocidades nazis. El título Nuit et Brouillard (Noche y niebla) hace referencia al Decreto Nacht und Nebel del 7 de diciembre, firmado por el mariscal Wilhelm Keitel.
Este es un clásico que ha dado paso a la caricatura. Fue esta película de Resnais la que hizo famoso el tono durassiano: voz blanca, encantamiento y rectitud. Viéndolo de nuevo, uno queda impresionado por la valentía del gesto de la época, que rompió tabúes aún impuestos en el campo de los vencedores, después de la Segunda Guerra Mundial. La emoción de la pareja de personajes es tan fuerte que se convierte en vértigo, un vaivén continuo de opuestos. Emmanuelle Riva está inolvidable como una mujer moderna, adúltera y demacrada. Devastada por la enfermedad del amor.
El año pasado en Marienbad (L'année dernière à Marienbad, 1961)
En un momento en que sus colegas de la Nouvelle Vague le hacían la guerra al "cine de papá", Alain Resnais se dejó seducir por la Nouveau Roman, de la que Alain Robbe-Grillet era entonces el principal líder. Los dos hombres construyen “una película de la que nunca sabremos cuál es la primera bobina”. Resnais vuelve a sus temas favoritos: la angustia del olvido, la inmovilidad del tiempo, el abandono del realismo tradicional por un realismo más profundo, el del pensamiento. En este universo donde los seres y las cosas parecen confundirse en una misma languidez, algo se estremece, se encarna, arde. Es amor, amor loco, contenido, deseado, rechazado y luego aceptado.
Delphine Seyrig en El año pasado en Marienbad (1961) |
Muriel (Muriel ou le temps d'un retour, 1963)
El tiempo que consolida o borra, la memoria y el olvido. Encontramos las obsesiones queridas por Alain Resnais en este rompecabezas fragmentado que mezcla historia íntima e Historia. Está la guerra de Argelia y su tabú neurálgico, la tortura, evocada en off a través de un relato muy fuerte, que de repente estalla como una confesión. Esto no es nada, Resnais fue sin duda el primero en Francia (con Godard en Le Petit Soldat ) en romper este tabú.
Staviski (1974)
Para esta evocación del mayor escándalo político-financiero de la Tercera República, Alain Resnais elige una narración compleja estructurada por la imaginación. La mayoría de las escenas tienen lugar en escenarios de teatro, reales o ilusorios. Esta gran película sobre una sociedad del espectáculo víctima del dinero virtual y tentada por el fascismo fue incomprendida en su estreno y rechazada por el público. Esto decidió a Belmondo a volcarse definitivamente al cine comercial.
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