Taxi Driver (1976), de Martin Scorsese
Travis Bickle, ex marine que ha regresado de la guerra de Vietnam, es un tipo marginal y desarraigado, que sufre graves problemas de insomnio. Acaba ejerciendo el turno de noche en una compañía de taxis. En su taxi atraviesa las peores zonas de la ciudad, y recoge a yonquis, prostitutas, personajes deprimidos, que le hacen darse cuenta de que vive en una sociedad amoral y putrefacta. Un día lleva en su taxi a una atractiva mujer, Betsy, de la que se enamora. Betsy trabaja en la campaña electoral de un destacado político. Aunque consigue que ella acepte una cita, ambos son tan incompatibles que Betsy acaba huyendo de él. Bickle también se encuentra con Iris, una prostituta adolescente tiranizada por su chulo. Aunque ella asegura que no quiere cambiar de vida, Bickle llega a la conclusión de que encontrará su propia redención si libera a la muchacha. Una de las grandes películas de los años 1970, y la mejor tarjeta de presentación del cineasta Martin Scorsese, que en su cuarto trabajo partió de un guion de Paul Schrader. Al parecer, éste pasaba por uno de los peores momentos de su vida, al estar divorciándose de su mujer, por lo que algunos de los problemas de soledad del protagonista están sacados de su propia experiencia personal. Schrader asegura que escribió el guion de un tirón, en pocos días y que apenas hubo que realizar cambios finales. Scorsese supo retratar la soledad del hombre moderno en las gigantescas urbes que sirven de germen a todo tipo de corrupciones. Recorre temas que están presentes en toda su filmografía, como la génesis de la violencia, los prejuicios y el rechazo social. El cineasta se luce con una utilización modélica de la voz en off del protagonista, unas dinámicas secuencias de éste recorriendo las calles, y sobrecogedores planos que muestran una violencia descarnada y terrible. Además, supo aprovechar la excelente partitura de Bernard Herrmann, habitual compositor de Hitchcock, que murió antes de poder ver el resultado de su trabajo. La película obtuvo varios premios, entre ellos la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes, y cuatro nominaciones al Oscar. Es considerada tanto una película de culto como una de las mejores de su época; también suele ser evaluada por críticos como una de las mejores de todos los tiempos y una obra maestra de su director. En 1994, fue considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry.
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