El imperio de los sentido (Ai no korîda, 1976), de Nagisa Ôshima
Ambientada en Tokio durante 1936. Sada Abe (Matsuda) es una ex prostituta que trabaja como parte del servicio de un hotel. Allí conocerá al propietario del hotel, Kichizo Ishida, quien está casado con el ama y es muy activo sexualmente. Ambos se hacen amantes de una manera tan intensa que buscan experimentar tanto en lo sexual como en el consumo de bebidas alcohólicas y en muchas otras autocomplacencias. Paulatinamente la pasión mutua que sienten hacen que el sexo sea el único elemento importante de sus vidas. Las ansias de la mujer por poseer a su hombre parecen inagotables y crecen cada día más hasta llegar a confundir el placer con el dolor. Considerada quizá la obra de culto por excelencia del cine erótico mundial. Inspirada en hechos reales sucedidos en Japón en la década de los años 1930. La película tuvo una gran polémica ya desde su estreno, tanto por los hechos que relata como por las escenas de sexo explícito entre su pareja protagonista. Por otro lado, y ante la previsible censura de las autoridades japonesas, la película es una coproducción francesa-japonesa, y para el montaje final Ôshima la editó en Francia. El título original en japonés, Ai no korîda, nos remite a las fuentes intelectuales que influyeron sobre Nagisa Oshima en esa época – en particular los escritores franceses Michel Leiris y Georges Bataille. Su traducción en francés, L'Empire des sens (El imperio de los sentidos), es una ironía derivada de la del libro L'Empire des signes (El imperio de los signos, Roland Barthes, 1970)9 obra que muestra la confrontación desde una perspectiva occidental sobre la importancia que se le otorgan a los símbolos en Japón.
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