El amigo americano (Der Amerikanische Freund, 1977), de Wim Wenders
El marchante americano Tom Ripley (Hopper) intenta poner a prueba la integridad de Jonatham Zimmermann, un humilde fabricante de marcos (Bruno Ganz) que padece una enfermedad terminal. Ripley le presenta a un gánster que le ofrece mucho dinero a cambio de que trabaje para él como asesino a sueldo. En un principio rechaza la oferta, pero, al pensar en el precario futuro que espera a su mujer y a su hijo después de su muerte, acaba aceptando el trato. Fue la película que convirtió a Wim Wenders en director estrella de los espectadores modernos de todo el mundo. Obra de Wim Wenders que se enmarca dentro de lo que se ha denominado ‘nuevo cine alemán’, del que sobresale como una de las producciones más exitosas. En ella, Wenders ya plasma su sello de autor y despliega algunos de los temas característicos de su filmografía. El tema de la amistad y de la soledad o el paisaje urbano, que le sirve para crear un clima de frialdad, desarraigo e impersonalidad, son algunos ejemplos. El amigo americano es una adaptación de una novela de Patricia Highsmith, al igual que las más recientes El talento de Mr. Ripley (The Talented Mr. Ripley, 1999), de Anthony Minghella, o El juego de Ripley (Ripley's Game, 2002), de Liliana Cavani, En la versión de Wenders, algunos han visto una metáfora de la relación existente entre Hollywood y la cultura alemana de posguerra. De ahí los ‘cameos’ de directores como Nicholas Ray o Samuel Fuller.
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