Bergman, Tarantino… Todos meditaron la lección de Kurosawa, maestro de la historia a muchas voces. La película del maestro japonés se estrena en los cines en versión restaurada.
En la lista de “películas que debes haber visto”, Rashômon (1950) ocupa un lugar especial. El de una obra que a veces conocemos sin siquiera haberla visto, porque se ha convertido en una matriz –leemos así de la pluma de los críticos que un largometraje funciona “a la Rashômon”–, como una piedra angular que no deja de cimentar a otros. ¿Un ejemplo reciente? El último duelo (The Last Duel), de Ridley Scott, estrenada en 2021 y construida sobre el principio narrativo inaugurado siete décadas antes por Akira Kurosawa: un crimen, un juicio y testigos cuyas verdades irreconciliables, entregadas en flashbacks, reorganizan las cartas en una historia explotada.
(Re)descubrir Rashômon, citada por Ingmar Bergman o Quentin Tarantino entre sus películas favoritas, es pues volver a una fuente viva del cine pero también es bañarse en la luz que las habitaciones oscuras saben ofrecer. Sin embargo, la historia comienza bajo una lluvia torrencial, que reúne a un leñador, un monje y un campesino en un templo en ruinas en el Japón medieval. Al revés, los dos primeros le cuentan al tercero el caso que les valió declarar ante un tribunal: el asesinato de un samurái y la violación de su esposa por parte del bandido Tajômaru.
(Re)descubrir Rashômon, citada por Ingmar Bergman o Quentin Tarantino entre sus películas favoritas, es pues volver a una fuente viva del cine pero también es bañarse en la luz que las habitaciones oscuras saben ofrecer. Sin embargo, la historia comienza bajo una lluvia torrencial, que reúne a un leñador, un monje y un campesino en un templo en ruinas en el Japón medieval. Al revés, los dos primeros le cuentan al tercero el caso que les valió declarar ante un tribunal: el asesinato de un samurái y la violación de su esposa por parte del bandido Tajômaru.
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