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Ninotchka fue un gran éxito de taquilla, el primero de la Garbo en los último años. Eso animó a la Metro a incluirla en el reparto de su segunda comedia La mujer de las dos caras (Two-Faced Woman, 1941), dirigida por George Cukor. La película fue masacrada por la crítica : "un vehículo absurdo para Greta Garbo", señalo la revista Time, provoca la misma sensación de embarazo que causaría ver a Sarah Bernhardt golpeada con un matamoscas.
Tras completar La mujer de las dos caras, la Garbo se tomó un años sabático, que no terminaría nunca. Persistieron los rumores sobre las películas que se disponía a rodar y sobre las historias de amor que supuestamente vivía, pero nunca se casó ni volvió a la pantalla.
La mujer de las dos caras (1941) fue el fallido intento de la Metro por "modernizar" la imagen de la Garbo transformándola en una sofisticada actriz de comedia |
Sólo volvió a ponerse delante de la pantalla en una ocasión, para una prueba de maquillaje muda y en blanco y negro realizada en 1948 con destino al proyecto de Max Ophuls de rodar La Duchese de Langeais. Toma tras toma, se limita a mover la cabeza hacia un lado y otro sin más gestos que una sonrisa divertida. Parece no haber nada de interés hasta que, al final del rollo, el operador le pide al parecer que se quite una especia de gorrito pequeño que llevaba. Sus manos entran en el campo y echa la cabeza hacia atrás, alguien debió decir entonces algo divertido, pues se ríe. Y la pantalla se ilumina de repente, el espectador se siente excitado y lleno de expectativas. Sin la ayuda de diálogos o la más sencilla de las motivaciones se produce un momento mágico. Este rodaje revela mejor que cualquier otra cosa lo característico de la Garbo, su capacidad para trascender los guiones que escribía para ella y las películas en las que actuaba. El único guionista que necesitaba era la cámara.
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