jueves, 17 de noviembre de 2022

El cine de lo cotidiano (II)

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De todos los actores de la época, Will Rogers fue el que mejor personificó al hombre capaz de decir las "verdades como puños" que todos los americanos sentían, pero que no sabían expresar, Rogers había nacido en Oklahoma en 1879. Antes de entrara en el cine desempeñó diversos trabajos: cowboy, marino mercante, artista en espectáculos del "Salvaje Oeste", presentador de revistas, etc. Era muy aficionado a lucir sus habilidades de cowboy, especialmente con el lazo, pero su rasgo más característico lo constituían las pausas de "entendido" que introducía en la acción, antes de formular alguna jocosa observación sobre cómo iban las cosas o cómo dirigían los políticos el país. 
Will Rogers en A Texas Steer (1927)
El Establishment de Hollywood aprobaba claramente el conservadurismo de Rogers. Según Will Hays era "el cowboy que conquistó Broadway y que tiene swbajo del sombrero algo más que pelo". La aceptación de Rogers en el Este tanto como interprete como en su calidad de comentarista político se repitió en California, y estuvo ejemplificada por su última película muda, A Texas Steer (1927), dirigida por Richard Wallace, en la que hacía el papel de un ranchero elegido para el Congreso que soluciona todos los problemas en muy poco tiempo.
La fama de Rogers superó los límites del cine. Colaboró en la radio y en la prensa, dirigiéndose a la gente sencilla, sobre todo, a los habitantes de las áreas rurales. Sus homilías sobre la vida iban inevitablemente precedidas de las palabras "Todo lo que sé es lo que leo en los periódicos", pero luego pasaba a explicar cómo los periódicos no decían sino mentiras. 
Will Rogers en El dinero tiene alas (1932)
Su personaje de "portavoz del pueblo" en películas tales como El dinero tiene alas (Down to Earth,1932), dirigida por David Butler, en la que ofrece consejos sobre cómo hacer frente a la Depresión, aportó su granito de arena a la elección de Franklin D. Roosvelt al año siguiente. Y es innegable que su popularidad no fue nunca mayor que durante 1932, el año de la campaña de Roosvelt, en el que Rogers llegó a ocupar el noveno puesto en las encuestas de popularidad de los actores de Hollywood. Ese mismo año, la revista Motion Picture Magazine decía lo siguiente acerca de él: "Los republicanos lo calificaban de 'limosna'. Los demócratas decían que era una medida necesaria para la salud de la nación. Todo el mundo hablaba de dar de comer a los hambrientos. Will Rogers, cowboy, actor de revista y de cine, masticó con decisión su chicle y puso manos a la obra. Empezó a lograr cosas mientras el resto del país se dedicaba a decir frases bellas. En un sólo mes, Will Rogers consiguió dar de comer a ciento cincuenta mil hambrientos de Arkansas... Motion Picture Magazine se enorgullece de proponerle para el título de 'Ciudadano Más Útil de América'."
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