El asesino del Shogun (Shogun Assassin, 1980), de Robert Houston
Viendo en él un enemigo potencial, el paranoico Shogun ordena a sus ninjas ejecutar a su verdugo y mejor samurai. Estos sólo consiguen matar a su esposa. El samurai jura vengarse y, conocido desde entonces como Lobo solitario, recorre el Japón con su hijo pequeño y su carrito lleno de armas, trabajando como mercenario y acosado en todo momento por los ninjas del Shogun. La película que desató la fiebre por el cine de samuráis en Occidente, por encima incluso de las películas de Kurosawa, fue este salvaje remontaje, adaptado a los gustos occidentales (es decir, menos contemplación, más acción), de las dos primeras películas de un total de seis de la saga El lobo solitario y su cahorro, inspiradas en el mítico manga de Kazuo Koike y Goseki Kojima. Es decir, 'El lobo solitario y su cahorro: Niño y maestría en alquiler (Kozure Ôkami: Kowokashi udekashi tsukamatsuru) y, sobre todo, Lone Wolf and Cub: Baby Cart at the River Styx (Kozure Ôkami: Sanzu no kawa no ubaguruma), ambas de 1972. Este es el inicio de la historia de un asesino al servicio de un señor feudal que cae en desgracia por falsas acusaciones de traición. Convertido en un asesino sin dueño, busca venganza acompañado de su hijo de tres años, a quien lleva en un carrito. Las dos películas fueron remontadas por Robert Houston y David Weisman, que compraron los derechos de las películas originales a la Toho. Fueron distribuidas por Roger Corman en el circuito grindhouse y, más tarde, en formato doméstico por Universal, que se encontró innumerables obstáculos por culpa de su notoria violencia. Lo que sin duda le ayudó a alcanzar su categoría de culto: paradójicamente, el resultado es -pese a su condición de obra bastarda-, perfecto para iniciarse en el cine de samuráis de los años 1970.
No hay comentarios:
Publicar un comentario