Un parisino lo deja todo por los Alpes. El viaje iniciático y cautivador toma prestado de lo fantástico. Una película llena de sabiduría, galardonada con el Gran Premio del Jurado en el último festival Gérardmer.
Al igual que el éxito de la cantante Beyoncé, Break My Soul, esta película podría clasificarse entre las obras que testimonian la "gran resignación": el deseo de dejarlo todo atrás que se ha apoderado de algunos trabajadores occidentales desde la crisis sanitaria. Pierre (Thomas Salvador, el director), ingeniero parisino, de paso por los Alpes para su trabajo, decide de pronto quedarse allí unos días más. Luego, para su propia sorpresa, da el siguiente paso: irresistiblemente atraído por el lugar, inventa una enfermedad para justificar su prolongada ausencia ante su patrón. Y, de hecho, cambia de vida, se convierte en montañero a jornada completa, con su flamante tienda de campaña como único hogar. Un encuentro con el chef de un restaurante de altura (Louise Bourgoin, convincente) le hace querer que lo acompañe en su búsqueda, pero la joven parece inaccesible, por lo que Pierre el taciturno se va solo...
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