Películas históricas que se desarrollan en el marco de la antigua Roma, primero República y luego Imperio romano. Género muy trabajado en los años 1950 y 1960 del pasado siglo con grandes superproducciones, ha vivido un cierto renacer en las últimas décadas, acompañado de los nuevos efectos visuales y sonoros.
1. El signo de la cruz (The Sign of the Cross, 1932), de Cecil B. DeMille
Una de las más brillantes y polémicas películas históricas del épico Cecil B. DeMille, que ya en el cine mudo había dado muestras de su magna visión cinematográfica con títulos como Los diez mandamientos (1923) y Rey de reyes (1927). En esta ocasión, y sobre el texto de una obra de Wilson Barrett, nos cuenta la historia de cómo Nerón incendió Roma culpando de ello a los cristianos para justificar su persecución de cara al pueblo. Aunque lo más destacado de la función acabó siendo el latente erotismo mostrado por Claudette Colbert (como la malvada emperatriz Poppea), bañándose en leche de cabra ante la atenta y lasciva mirada de Nerón (un superlativo Charles Laughton). Además, la película estaba repleta de orgías, sadismo y otras actividades sexuales, estrenándose íntegra ya que todavía no estaba instaurado el código censor. DeMille ya había dirigido una primera versión sobre el tema en 1914. Para este remake gastó 650.000 dólares, rodándola en tan solo ocho semanas. Constituyó un enorme éxito de taquilla y obtuvo una nominación al Oscar a la mejor fotografía (Karl Struss).
2. Los últimos días de Pompeya (The Last Days of Pompeii, 1935), de Ernest B. Schoedsack
Marco, un pacífico herrero, rehusa lucrativas ofertas para luchar en la arena del circo, hasta que su esposa muere por falta de atención médica. Su vida como gladiador le cambiará por completo pero le hará el hombre más rico de Pompeya. Paralelamente, su hijo, Flavio, se convertirá un joven tan gentil como un día lo fue su padre y seguidor de Jesús de Judea. Sus destinos opuestos se verán interrumpidos por la erupción del Vesubio que arrasará la ciudad. Una película espectacular, llena de acción y buen ritmo que, además, pretendía mostrar la trastienda de la política y el comercio del Imperio Romano, a los que mostraba como un compendio de corrupción e intrigas. En sus títulos de crédito asegura no guardar ninguna relación con el libro homónimo de Edward Bulwer-Lytton, también llevado al cine. Dirigieron Ernest B. Schoedsack y Merian C. Cooper, responsables de uno de los grandes clásicos de todos los tiempos: King Kong.
3. César y Cleopatra (Caesar and Cleopatra, 1945), de Gabriel Pascal
Cleopatra no lleva demasiado tiempo en el trono de Egipto cuando recibe la visita de Julio César. Entre ellos surge la amistad rápidamente, dando lugar a un romance que además tiene su lado provechoso hablando en términos políticos y militares. La historia de la relación entre Julio César y Cleopatra es uno de los relatos más conocidos de la Antigüedad, y uno de los más tratados por el cine. Antes de que Joseph L. Mankiewicz sentara las bases de la versión más conocida, con Elizabeth Taylor y Richard Burton, el director de origen rumano Gabriel Pascal llevó a cabo esta versión en los años 1940. Contando también con dos grandes intérpretes como Claude Rains y Vivien Leigh, Pascal adaptó la obra teatral de George Bernard Shaw, partícipe éste también del guión cinematográfico. El resultado es una película que se detiene sobre todo en la relación sentimental entre estos dos personajes, más que en los sucesos históricos que les condicionan. Uno de los peros de esta versión es precisamente su origen teatral, lo que limita el dinamismo de la cinta; pero eso queda contrarrestado por la excelente interpretación de todo el reparto.
4. Fabiola (1949), de Alessandro Blasetti
En la antigua Roma la hija de un senador llamada Fabiola se enamora de Rhual, un gladiador gálico. Cuando el padre de Fabiola es asesinado, los romanos culpan a los cristianos y empieza una terrible persecución contra ellos. De repente, Rhual confiesa que él es cristiano y es acusado del asesinato y sentenciado a morir luchando en la arena. Uno de los ‘peplums’, películas de romanos, más importantes de los años anteriores al ‘boom’ industrial del género, que puede datarse entre 1957 y 1963. La cinta, dirigida por Alessandro Blasetti es una adaptación de la novela homónima del cardenal Wiseman. El argumento, en el que predomina una historia de amor en el contexto de las persecuciones y torturas contra los cristianos, y la estética general de la película se anticipa a la posterior y exitosa Quo Vadis.
5. Julio César (Julius Caesar, 1950), de David Bradley
Julius Caesar es una adaptación cinematográfica de la obra de Shakespeare Julius Caesar protagonizada por Charlton Heston. La primera versión cinematográfica de la obra con sonido, fue producida y dirigida por David Bradley con actores del área de Chicago. Heston, que conocía a Bradley desde su juventud y que se estaba introduciendo en la televisión y el teatro en la ciudad de Nueva York, interpretó a Marco Antonio. Era el único miembro del reparto pagado. El propio Bradley interpretó a Brutus y Harold Tasker tuvo el papel principal. Bradley reclutó a estudiantes de teatro de su alma mater Northwestern University para papeles secundarios y extras, uno de los cuales fue la futura estrella Jeffrey Hunter, quien estudió junto a Heston en Northwestern.
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