11. La pasión de Cristo (The Passion of the Christ, 2004), de Mel Gibson
Tras varios años en los que no aparecía una nueva propuesta cinematográfica, Gibson irrumpió con La Pasión de Cristo, historia que nace de la conversión personal del director. La película muestra con realismo y crudeza los tormentos que sufrió Jesús: los azotes, la subida al Calvario, la crucifixión. Asimismo, brilla con luz propia el papel de María en la Redención y su especial sintonía con su Hijo. Imprescindible verla en su versión original en arameo. Vale la pena verlo una vez solo por el impacto, ya que la película se centra casi exclusivamente en el horror de la prolongada tortura y muerte de Cristo. Mel Gibson hizo que el diálogo se hablara en arameo, latín y hebreo, lo que por momentos hace que nos confundamos con un documental.
12. Resucitado (Risen, 2016), de Kevin Reynolds
En Jerusalén, el joven y luchador centurión romano Clavius (Joseph Fiennes) recibe, por parte de Poncio Pilato, prefecto de Judea, la misión de investigar la misteriosa desaparición del cuerpo de Jesús, un predicador nazareno crucificado hace tres días, y los crecientes rumores sobre su resurrección. Original planteamiento de esta cinta, con dos partes perfectamente divididas. Sobresalen las localizaciones, la puesta en escena de las batallas y una banda sonora muy adecuada.La fuerza de esto es la clara premisa de tener un soldado romano encargado de perseguir a Cristo, pero que luego se convierte a la nueva fe por su contacto con los discípulos después de la crucifixión. Tiene momentos de tensión genuina y algunas escenas de acción bien hechas mientras los discípulos corren y se esconden de las autoridades.
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