En 2012, una sindicalista de Areva (un conglomerado multinacional francés líder mundial en el sector de la energía nuclear) fue atacada en su domicilio. Ella presenta una denuncia, y es todo un sistema el que la quiere derribada. En La syndicaliste (2022), dirigida por Jean-Paul Salomé con Isabelle Hupper, se recoge esta historia.
Todo es cierto y, cosa bastante rara como para señalarlo, todos los nombres de los protagonistas de este asunto se han conservado en este ejemplar thriller político, la mejor película de Jean-Paul Salomé hasta la fecha. Adaptando el libro-investigación homónimo de Caroline Michel-Aguirre, el director retoma punto por punto, en un montaje bellamente inteligente, la historia real de Maureen Kearney, la principal representante sindical de una potencia nuclear multinacional francesa. Se convirtió en denunciante, denunciando acuerdos de alto secreto que sacudieron el sector nuclear francés. Sola contra el mundo, luchó con uñas y dientes contra ministros del gobierno y líderes de la industria para sacar a la luz el escándalo y defender más de 50.000 puestos de trabajo. Su vida dio un vuelco cuando fue asaltada violentamente en su propia casa el 17 de diciembre de 2012 y es encontrada atada en una silla, la letra A escarificada en su estómago y el mango de un cuchillo clavado en su vagina...
No hay comentarios:
Publicar un comentario