El pistolero (Fiebre de sangre) (The Gunfhigter, 1950), de Henry King
Jimmie Ringo, un legendario pistolero, se siente tan viejo y cansado que está decidido a retirarse y llevar una vida más tranquila como granjero. Sin embargo, sus propósitos tropiezan con la incomprensión y la intolerancia de la sociedad. Aunque ya no será perseguido por la ley, la región está llena de jóvenes pistoleros que desean demostrar que son más rápidos que él para ocupar su lugar y heredar su fama.
La película opta por un relato dramático, que enfrenta al mejor pistolero del Oeste con su propio destino. Famoso, reconocido y respetado, la leyenda que rodea su figura y que exagera sus gestas, se convierte en un lastre mortal, proque muchos jóvenes pistoleros desean matarle para ocupar su lugar y heredar su fama. Los propósitos de abandonar la vida de forajido y los deseos de retirarse como granjero pacífico topan con la incomprensión de la sociedad y la intolerancia de muchos que quieren verle "muerto como un perro", pese a que no existen cargos contra él en Cayenne ni constan órdenes de búsqueda y captura en su contra.
Película del Oeste clásica, de gran sobriedad, sugestiva profundidad y gran dramatismo. Los encuadres de relojes (péndulo y bolsillo) en el plazo de las dos últimas horas introducen un eficaz elemento de tensión, que Zinnemann recoge y amplía en Solo ante el peligro (1952).
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