Fort Apache (1948), de John Ford
Una vez acabada la Guerra de Secesión, el capitán Kirby York espera ser designado comandante de Fort Apache, un destacamento aislado del regimiento de caballería del ejército estadounidense. York, con una notable experiencia militar y muy respetado por los hombres del fuerte, está cualificado para asumir el mando. Sin embargo, el hombre seleccionado para el puesto es el teniente coronel Owen Thursday, un graduado de la academia militar de West Point, que fue general durante la guerra civil entre el Norte y el Sur del país. Thursday es un oficial arrogante, excesivamente riguroso en el cumplimiento de las ordenanzas e inexperto en la lucha con los indios. Al teniente coronel, que es viudo, le acompaña su joven hija, Philadelphia, quien poco tiempo después de llegar al fuerte se siente atraída por el teniente segundo Michael O'Rourke.Esta película inaugura la célebre “Trilogía de la Caballería” de John Ford, que se completaría en los años sucesivos con La legión invencible (She Wore a Yellow Ribbon, 1949) y Rio Grande (1950).
El personaje de Thursday estaba inspirado, obviamente, en el general Custer, muerto en la célebre masacre de Little Big Horn. El director empezaba a trabajar esa idea, que tendría su máxima expresión en El hombre que mató a Liberty Valance, de que la leyenda muchas veces ayuda más a la nación que los hechos reales. Por eso aseguraba que “al país le conviene tener héroes a los que admirar. Como Custer, un gran héroe.”
La película probaba una vez más el aprecio de Ford por los indios, a los que dibujaba dotados de una gran honorabilidad. En unas notas que pasó al escritor James W. Bellah, en uno de cuyos relatos se inspiraba la cinta, describía así a los navajos: “Son grandes jinetes, buenos actores... tienen el pelo largo y, lo mejor de todo, es que creen en mí”.
Cuando John Ford dijo que Cochise debía fumar en pipa, el guionista Frank S. Nugent le explicó que el jefe indio fumaba sólo cigarros. Entonces Ford dijo: “Tiene la mano apretada contra el pecho... puede sostener una flauta, un hacha, me importa un rábano... ¡pero no está fumando ningún cigarrillo!”.
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