Un matrimonio que vive en Jamaica acaba de tener hijos, pero ambos cónyuges se temen que ese ambiente salvaje e incivilizado sea poco apropiado para criar unos niños, a resultas de lo cual deciden mandarlos a Inglaterra, donde tendrán una educación más normal. Sin embargo, durante el viaje, el barco que transporta a los niños es asaltado por unos piratas. En la confusión del momento, los niños acaban a bordo del barco enemigo. Pese al peligro, los niños no pueden evitar ver su situación como una aventura, sobre todo en lo que respecta a la pequeña Emily, que además no tardará en ganarse la total simpatía de Chavez, el capitán del barco. Pese a la renuencia de toda la tripulación, los niños se quedarán en el barco, pero la relación entre Emily y Chavez acabará teniendo un destino fatal.
El británico Alexander Mackendrick compuso una peculiar película de aventuras, donde sobresale la crueldad infantil, a veces casi inconsciente. En un inesperado cambio de roles, los rudos piratas son víctimas de los niños, de sus miedos, necesidades y caprichos. Para dar vida a estos aventureros, se acudió a actores de carácter como Anthony Quinn y James Coburn.
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